Las declaraciones del presidente del Consell de Mallorca en las que hablaba de unas Islas Baleares soberanas integradas en unos Países Catalanes federales son anteriores a las elecciones autonómicas catalanas. Pero es muy posible que el resultado de Cataluña haya provocado un subidón al presidente del Consell y a quienes profesan la misma fe nacionalista. Sea como sea, el delirio pancatalanista nunca había llegado tan lejos, es cierto. Y sobra añadir que resulta preocupante. El nacionalismo pancatalanista preside o cogobierna la gran mayoría de las instituciones baleares y aprovecha esa posición de privilegio no solo para ejercer una influencia que no se corresponde en absoluto con la fuerza que le dieron los votantes en las urnas, sino para promover unas políticas que ponen en cuestión el orden constitucional y la integridad misma del Estado. Y todo ello con el apoyo decidido de Podemos y sus marcas blancas, y el silencio cómplice del PSIB-PSOE.