Me llamo Xènia, soy de Barcelona, y tengo una cuenta en TikTok con más de 30k seguidores donde comparto contenido relacionado con el feminismo y la sexualidad, tema aún tabú, especialmente entre las mujeres. Tanto por un tema como por el otro, he recibido ciberacoso.

Por un lado, parece ser que una mujer no puede hablar de sexo abiertamente y, si lo hace, significa que está dispuesta a tener sexo con cualquier desconocido. No puedo contar las veces que un hombre me ha escrito pidiéndome sexo o diciéndome cuándo pondré en práctica con él lo que comparto, por no hablar de hombres que, sin decir nada, me han mandado una foto de su pene.

Por otro lado, cuando he compartido contenido relacionado con el feminismo, el acoso que he recibido ha sido en forma de insultos y humillaciones, llegando incluso a amenazarme de muerte. Intenté tomar medidas dirigiéndome a los Mossos con pantallazos de estos mensajes. Su respuesta fue que lo mejor que podía hacer era bloquear a estas personas, resulta muy complicado encontrar quién hay detrás de estos perfiles. Y eso dejando a un lado la falta de recursos que seguramente deban sufrir para dedicar a este tipo de delitos "menores".

El acoso existe, y no importa en qué red social te muevas: lo he encontrado en Tinder, en Tiktok, en Instagram, e incluso en Wallapop. Chicos que después de una cita muy normal y agradable, les digo que no estoy interesada y me responden con una foto de su paquete. O en Wallapop, mensajes como “qué bien te queda este vestido”, o pidiéndome fotos de unos zapatos puestos, para que me vean los pies están, a la orden del día. ¿No entienden que el objetivo de esta plataforma es la compraventa? El acoso es como jugar a una mala lotería, donde tienes demasiados números para que te toque. Que esto ocurra constantemente no debería hacer que lo veamos como algo normal. 

Puedo entender que perseguir el ciberacoso es muy complicado, ya que el número de perfiles falsos es incontable, lo que dificulta obtener información sobre el acosador, por lo que me parece importante que, por lo menos, lo señalemos y le demos visibilidad.

Creo firmemente que, para frenarlo, es básico trabajar en la prevención desde la educación. Educar para cambiar la forma en la que nos relacionamos, dejar de cosificar a las mujeres y aprender que todos merecemos ser respetados. No podemos dejar que nuestr@s hij@s aprendan acerca del consentimiento en el porno. Como madre de un niño de nueve años, soy muy consciente de la importancia de inculcar estos valores, que les ayuden a relacionarse de manera sana. Creo que esto podría ayudar a prevenir tanto el ciberacoso como cualquier otro tipo de acoso. Generemos conciencia para tener una sociedad mejor.