Me llamo Yolanda y soy madre de dos niños. Trabajaba en un colegio de niños con necesidades educativas especiales pero mi estado de salud me hizo perder mi puesto de trabajo. Tengo fibromialgia, una enfermedad muy incapacitante pero invisible, al no manifestarse en el exterior los síntomas.

Necesito un trabajo adaptado a mis necesidades por mi estado de salud, pero la seguridad social no me ha otorgado el grado de discapacidad que me correspondería por mi fibromialgia. Es un proceso muy complejo y que se eterniza. La situación económica de mi familia es, como la de muchas otras en los últimos tiempos, una emergencia constante. 

A la ansiedad vital y la incertidumbre que provoca no tener perspectivas de encontrar de nuevo un trabajo, se une la necesidad de tener que seguir pagando todas las facturas y gastos que supone tener una familia. Todo con unos ingresos que en mi caso rondan los 250 euros al mes, de una ayuda social. ¿Cómo se puede vivir dignamente con esta cantidad?

Las ayudas sociales que otorgan las administraciones son escasas, tardan en llegar y tienen unos requisitos y unos plazos que hacen que muchas veces desistamos. Hemos tenido que pedir ayuda para poder hacer frente a gastos a nuestros familiares y amigos y hasta hemos tenido que recurrir a comedores sociales como el Catering Social Tk de Terrasa para llenar nuestra despensa familiar. 

Mi marido es autónomo y la pandemia ha golpeado su negocio hasta ver reducidos sus ingresos a la mínima expresión. Ante esta situación que atravesamos hemos solicitado ayudas de renta mínima a la Generalitat pero nos la denegaron porque uno de los miembros de la unidad familiar estaba trabajando (mi pareja). Dio igual que los ingresos fueran mínimos. 

Nuestro caso no es único, somos muchas las familias con pocos recursos por falta de trabajo. Además de reclamar que existan más posibilidades laborales para personas con enfermedades crónicas como es mi caso, me gustaría hacer un llamamiento para que nuestros políticos pusieran todos los medios a su alcance para que las ayudas sociales se tramiten de forma más ágil y justa para todos los que las  necesitamos. 

No puede ser que pasen meses e incluso años para acceder a ellas mientras tenemos que seguir dando de comer a nuestras familias acudiendo a la solidaridad. No podemos tolerar que acceder a estas ayudas sea tan complicado que muchos desistamos del intento. No podemos estar tan desprotegidos. Por eso quiero que esta petición llegue hasta los despachos de los diputados y diputadas del Parlament, para que seamos escuchados de forma directa y las cosas puedan cambiar de una vez. Son nuestros representantes y se deben a los ciudadanos. Ayúdanos a hacerlo posible firmando y compartiendo esta iniciativa.