Mi nombre es Adrián (@adriporlavida), tengo 22 años, soy de Gran Canaria y convivo con distrofia muscular de Duchenne. Se trata de una enfermedad sin cura, cuya característica principal es la debilidad muscular progresiva. Esto hace que, al igual que la mayoría de niños que la padecen, lleve desde los once años en silla de ruedas. Actualmente, una de las mejores terapias es el uso de unos aparatos llamados callipers, bitutores que sirven para ponerse de pie y ayudan a mantener una mejor calidad de vida.

Debido a la enfermedad y la falta de movilidad y fuerza muscular que esta supone, necesito ayuda para realizar las actividades de la vida diaria desde que me levanto hasta que me acuesto. Es por ello, que con esta campaña, junto con ASENECAN (Asociación de Enfermedades Neuromusculares de Canarias) y con el fin de mejorar la vida de este colectivo, queremos reivindicar la necesidad de que se implemente y garantice la Asistencia Personal en nuestra comunidad. 

La asistencia personal está contemplada en la Ley de Dependencia de 2006 como una prestación económica, la cual tiene como finalidad “la promoción de la autonomía de las personas en situación de dependencia, en cualquiera de sus grados”.  Es decir, su objetivo es que las personas en situación de dependencia podamos decidir y contratar un servicio que nos ayude con las actividades básicas de la vida diaria y no tener que depender únicamente de las instituciones o de nuestra familia. 

A pesar de estar reconocida por ley, la asistencia personal no es una realidad en todas las comunidades autónomas. Una de ellas es la nuestra, Canarias. Si bien existe un primer programa piloto que incluye esta prestación, no se está garantizando a toda la población que la necesita.

Por otro lado, la asistencia personal no solo es indispensable para la autonomía de las personas en situación de dependencia, sino que, además, es también necesaria para los cuidadores y cuidadoras principales no profesionales. Estas personas, normalmente familiares directos, tienen que ocuparse del cuidado sin ninguna retribución económica, lo que afecta además a la economía familiar. 

Por último, es necesario puntualizar que aplicar la prestación económica para la asistencia personal no ha de significar que esta sea incompatible con el resto de ayudas o servicios que recoge la Ley de Dependencia. 

Las personas con discapacidad somos perfectamente capaces de decidir cómo y quién queremos que nos apoye en las tareas básicas de nuestro día a día. Es nuestro derecho poder vivir de manera independiente y es necesario concienciar de que  tenemos mucha vida más allá de cuidados y tratamientos.

Por ello, y con todo lo aquí plasmado, queremos dirigir esta petición a los representantes del Parlamento de Canarias para que, por favor, escuchen nuestra petición y se impliquen en garantizar la asistencia personal para todos los ciudadanos que la necesitemos.

Pedimos desde aquí la máxima difusión y apoyo a esta campaña. ¡Gracias a todos!