Pregunta para Asamblea de Madrid
Soy Adrián, tengo 26 años y he vencido un carcinoma testicular: ¿Por qué no se normaliza la auto-exploración contra el cáncer en hombres?
Hola,
Me llamo Adrián, soy un chico de 26 años y siempre he estado muy ligado al mundo del deporte, tanto por pasión como por profesión. Trabajo actualmente en dos clubes de fútbol madrileños y estoy estudiando dos másteres, de fútbol y de readaptación de lesiones. Aunque también tengo una espinita clavada: opositar a la Policía Nacional, pues aunque estaba opositando todo se paró cuando me detectaron cáncer en junio de 2019. Tuve un carcinoma testicular que, tras ser operado con éxito, se reprodujo en los ganglios paraaórticos, cerca del riñón.
¿Cómo empezó todo? Bien, durante un tiempo yo empecé a notar un bulto en mi testículo izquierdo, al que no daba mayor importancia. “Será alguna inflamación, alguna bola de grasa...”, pensaba. Yo estaba quizás en el mejor momento de mi vida a nivel físico, venía de perder 15 kg, no fumo, no bebo más que de vez en cuando e incluso en esa época como estaba inmerso en la oposición, tomaba cero alcohol. Soy un chico joven, y claro, te crees que esto no te puede ocurrir a ti, pero entonces el bulto empezó a crecer, y en los entrenamientos de fútbol me dolía, al correr, al dar al balón…Por lo que tras 3 o 4 meses SABIENDO que tenía ese bulto, me decidí a ir al médico de urgencia tras un pinchazo muy fuerte. Yo ya llevaba semanas oliéndome la tostada, leyendo, y quizás por "escurrir" la situación hacía como si nada, lo típico de “si no lo veo pues no existe”.
Me hicieron una ecografía y a los 20 días me estaban operando, lo que en mi caso se traduce en una eficacia médica absoluta. Mi experiencia con los servicios médicos ha sido de 10. Pero como mencionaba anteriormente, tras ser operado con éxito, se reprodujo en los ganglios paraaórticos y entonces tuve que someterme a un tratamiento de quimioterapia. En un primer momento, tras la operación, decidieron no darme quimioterapia pues había un porcentaje "bajo" de recaída, yo nunca tuve marcadores tumorales en sangre porque lo detectamos antes de que pasara a sangre, pero tras la primera revisión detectaron marcadores en sangre y vieron que tenía 3 tumores en los ganglios, por lo que la quimioterapia era inevitable: empecé con el tratamiento durante 9 semanas que fueron duras y fuertes.
Lo cierto es que no me dio tiempo a tener miedo. Cuando quise darme cuenta… ya me habían operado y yo, que siempre me he reído de todo, que soy un auténtico fan del humor negro, fui el primero en reírme de mí mismo, al verme sin un testículo o sin pelo de repente. La clave fue aceptarlo de primeras, es lo que hay, es algo nuevo y será parte mí para siempre. No voy a negar que me he sentido cierto reparo tras la operación, sobre todo en el tema sexual, tener que contar lo que había, quizás por miedo a ser juzgado, o "sentirme menos hombre" las primeras veces. Al final, no dejas de haber perdido parte de lo que te identifica (socialmente hablando) como un hombre... Pero desde el primer momento en sociedad, hablé libremente de ello, incluso con gente no tan conocida o sin tanta confianza. Y al final, cuando lo normalizas, te das cuenta de que la gente lo entiende perfectamente, y a veces el miedo a ser juzgado es lo que realmente te hace daño, y no tanto el hecho de haber perdido un testículo o un pecho.
Como os comentaba antes, tuve que dejar de lado las oposiciones debido a la intervención y posterior quimioterapia. No cierro la puerta a nada ahora. Y en lo estrictamente personal, me encanta viajar, explorar, recorrer, y estar en la naturaleza, ya sea mar, montaña, lago… Y así seguiré siempre, intentando disfrutar al máximo del deporte, de mis pasiones y de VIVIR.
Si desde mi experiencia debo reclamar algo, tengo claro que siempre pediría más investigación para SALVAR VIDAS. Y de forma más inmediata, desde aquí me quiero dirigir a mis representantes políticos en la Asamblea de Madrid para reclamar una mejora de los recursos en los hospitales, tanto para pacientes como para enfermeras. No es nada agradable llevar 5 días seguidos de quimio intensa, sentir que la tripa quiere salir de tu cuerpo, que todo te da arcadas, y encima tener que estar haciendo el esfuerzo de que se perciba lo menos posible, porque no dejas de estar frente a frente con otros 5 o 6 pacientes. Y, tanto por el que lo está pasando mal, como por el resto que no es fácil mostrar esto. Aún me acuerdo cuando tuvieron que reanimar a un abuelo en mitad de la sala, con todo lo que eso supone, en un momento de la quimio en el que hasta un cambio en el brillo de la luz me destrozaba. Es duro.
Y, por último, no me gustaría despedirme sin hacer un llamamiento a la concienciación sobre otra cuestión. Los hombres también tenemos nuestros propios órganos, y aunque es menos frecuente que el cáncer de mama, también existe. No somos invencibles ni estamos exentos de sufrirlo. Por ello debemos ser conscientes, explorarnos y conocernos.