Mi nombre es Adriana y he atravesado un cáncer de ovarios. Me lo detectaron en una revisión ginecológica anual. Tenía cita en diciembre, pero como es un mes en el que suelo tener mucho trabajo adelanté la cita a septiembre. En esta revisión vieron que un ovario medía el doble de lo que tenía que medir. Mi madre, mi abuela y mi tía fallecieron de cáncer, así que ya sabíamos por donde iban los tiros. Como todo el proceso lo hice por la sanidad privada, la verdad es que fue todo bastante rápido. En ese sentido no tengo ninguna pega. 

Cuando me lo detectaron me quedaban 15 días para cumplir los 6 meses de alta como autónoma, por lo que no me aceptaron la baja. Tuve que seguir trabajando después de la operación y mientras me daban la quimioterapia. No puedo entender como ante un diagnóstico de cáncer no hay otras vías o opciones. ¿Cómo puede ser que me den la baja por COVID, pero no me la den por un cáncer? No es coherente. 

También me parece horroroso que el Gobierno no invierta suficiente dinero en investigación para esta enfermedad, pero sobre todo para el cáncer infantil. Hay muchos niños y adolescentes que pasan por esto. Tienen derecho a que se investigue y se encuentren métodos alternativos y eficientes que no sean tan agresivos como la quimioterapia. 

Una vez que pasas la quimioterapia hay un antes y un después. Es un tratamiento que no te permite vivir dignamente tras pasar por él, es un método muy agresivo y deja muchas secuelas. 

También me parece incoherente que en Cataluña, por la Seguridad Social, no puedas ir a hacerte una mamografía hasta los 40 años y que solo tengas derecho a una revisión ginecológica cada 3 años. 

Otra cosa por la que lucho es porque el 8 de mayo no sea el día de la lucha contra el cáncer de mama, sino el día de la lucha contra el cáncer ginecológico que engloba el cáncer de mama, de útero, de ovarios, de trompas… 

Me gustaría que el Parlamento de Cataluña se hiciera eco de estas peticiones.