Mi nombre es Aída y tengo cáncer de ovarios. En la pandemia hubo mucho colapso sanitario, como ya sabemos. A finales de 2020 yo empecé a tener fiebres en cada uno de mis periodos menstruales. Contactaba con mi centro de salud, pero como era fiebre y no lo asociaban a la menstruación, me mandaban pruebas COVID. 

Como no era COVID, simplemente me decían que me vigilase. En junio de 2021 pude tener cita con mi ginecóloga privada. Me hicieron una ecografía y me detectaron una tumoración en uno de los ovarios.

Por edad me decían que no había riesgo de que fuera nada maligno, que seguramente sería un quiste. Además, por sintomatología, mi ginecóloga me diagnosticó endometriosis grave. 

A raíz de una analítica con los marcadores tumorales vieron que estos marcadores estaban muy disparados, y me hicieron un TAC de urgencia.

El radiólogo fue el que saltó la alarma y dijo que eso no parecía benigno. Me programaron una cirugía para quitar esa zona y ver qué estaba pasando. Cuando salí del quirófano me dieron la noticia: efectivamente, era cáncer y confirmaron el diagnóstico de la endometriosis.

Me quitaron el ovario, los implantes, el apéndice… Me hicieron una biopsia abdominal. Aunque la cirugía fue curadora, como al extirpar el ovario se rompió la cápsula del tumor se decidió que debería darme quimio.

Hace poco que he acabado con los ciclos, han sido 6 cada veintiún días. Dentro de poco comienzo las revisiones.

Creo que es importante que además de la investigación, se conciencie a los jóvenes. A mi me dejaron muy tranquila diciendo que por edad no cuadra, pero cuadró. Yo he tenido mucha suerte, pero el factor edad es a veces una de las causas que hacen que los diagnósticos se vayan retrasando.

Me gustaría pedirle a la Asamblea Regional de Murcia que invierta más recursos en la investigación del cáncer de ovarios, y en campañas de concienciación a la población más joven. El cáncer no tiene edad, pero una detección a tiempo puede salvarte la vida.