Pregunta para Eusko Legebiltzarra
Los Trastornos de Conducta Alimentaria te destrozan la vida y como sociedad no tenemos la suficiente educación al respecto. ¡FIRMA! Por incluir charlas en los colegios dirigidas a los padres acerca de la detección de los TCA.
Hola, me llamo Ainara, tengo 20 años y desde hace 5 años tengo un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA), concretamente anorexia nerviosa. La educación sobre estos trastornos que recibimos en nuestro entorno social, en los colegios y en casa con nuestras familias es muy escasa, lo que tiene gran influencia negativa hacia las personas que lo padecemos.
El principal problema es que los trastornos de alimentación siempre se asocian a la delgadez extrema y, si esta no es obvia, ni si quiera se piensa que puede haber un trastorno de este tipo. En los colegios se puede hablar de muchas cosas como el bullying u otros problemas, pero hay muchísima gente que está sufriendo un TCA estando en la escuela y no se atreve a pedir ayuda a causa de la falta de información que hay al respecto, como ocurrió en mi caso.
Como sociedad no tenemos la educación suficiente para lidiar con este tipo de trastornos. Como ejemplo, el otro día fui al dentista y le pedí consejo para cuidarme el esmalte de mis dientes y al explicarle que se debía a causa de mis atracones por anorexia nerviosa me dijo, con tono irónico, que ella también sufría de eso, pero al revés (haciendo referencia a que no estaba delgada) y me aconsejó no hacer caso a mi psiquiatra. La gente no es realmente consciente del daño que puede hacer con ese tipo de comentarios y con su desinformación.
Por otro lado, en casa se hace muy difícil poder pedir ayuda. Empiezas con lo que se supone que es una alimentación saludable, pero muchos factores pueden hacer que nuestra conducta cambie. Yo tuve la suerte de que mis padres fueron conscientes de que algo no iba bien y supieron detectarlo, pero muchos pacientes junto a los que he estado ingresada tienen padres que, a día de hoy, siguen pensando que es una chorrada de adolescentes. En casa también es importante educar acerca de los trastornos alimenticios porque no es solo la relación con la comida lo que supone un problema, si no mucha ansiedad, sufrimiento y realmente tu vida se destroza por completo.
Es un problema que creo que debería enfocarse más a los padres. Una persona no se detecta a sí misma el problema, es prácticamente imposible, por lo que, si una familia tiene una buena educación al respecto, se pueden detectar conductas o comportamientos para poder tratarlo a tiempo. Es importante dejar de asociar estos trastornos al no comer, porque muchas veces todo comienza con ansiedad, con mucho estrés, con el deterioro de una relación ya sea de amistad, familiar o sentimental, por falta de autoestima… Por eso creo que sería muy necesario incluir charlas en los colegios dirigidas a los padres y familiares con la finalidad de educarles en las conductas asociadas a estos trastornos. No hablamos únicamente de comportamientos relacionados con la edad del pavo si no aquellos que son más graves y que se dan durante la adolescencia.
Es muy importante dar esa educación porque estas situaciones causan mucho deterioro a nivel familiar. En mi caso, mi padre ve que no salgo del pozo, que tengo recaídas pese a la ayuda psicológica que pueda estar recibiendo. Yo, como su hija, he pasado de ser su ojo derecho a ni siquiera mirarnos ni hablar pese a vivir en la misma casa. Bajo el mítico refrán “ojos que no ven, corazón que no siente”, mi padre ha decidido adoptar la postura del rechazo y encerrarse en sí mismo.
Los Trastornos de Conducta Alimentaria te destrozan la vida y no están lo suficientemente visibilizados. No se conoce ni siquiera el porcentaje de suicidios asociados a esta enfermedad y es uno de los trastornos mentales que más muertes causa al año. Los padres, por consecuencia de esta desinformación, piensan que a su hijo no le va a suceder. Por ello quiero dirigirme a los miembros del Parlamento Vasco. Es muy importante que poco a poco se comience a introducir información acerca de los TCA en los colegios, sobre todo orientado a los padres, para que deje de ser un tabú. Corazón, cabeza y comida están sumamente conectados y es importante educar en la detección de conductas que puedan ser el inicio de un trastorno alimenticio para poder ponerle freno a tiempo.