Mi nombre es Ainhoa, tengo 16 años y soy activista antiespecista y vegana. Me costó mucho anunciar mi decisión en casa, al principio a mi madre le pareció raro, pero acabó aceptándolo. Sin embargo, mi padre nunca entendió que el veganismo es una opción como cualquier otra y cuando estaba con él me veía obligada a comer hamburguesas veganas o cualquier alimento que se parezca a la carne para disimular. Creo que esta imposición social por comer carne viene dada desde que somos muy pequeños. ¿Por qué no se implementan charlas de concienciación en los centros educativos para acabar con ello?

Todo el mundo, tenga la edad que tenga, debería de tener una información adecuada para poder decidir cómo llevar su alimentación. Normalizar las opciones veganas y vegetarianas es el primer paso para lograr una sociedad mejorada. No es normal que haya personas que tengan miedo a dar el paso por lo que la gente pueda decir. 

En mi caso, siempre he sentido que comer carne estaba mal, pero durante años nunca fui realmente consciente de ello. Nunca he tenido una información adecuada sobre el tema, sino que finalmente la he buscado por mis propios medios. Ahora me doy cuenta de que este estilo de vida concuerda completamente con todos mis valores e ideales. Siento mucha más empatía por todos los animales que nos rodean, no solo por unos cuantos. El veganismo puede aportar muchas cosas positivas tanto a nivel físico como a nivel mental.

Creo que es importante que exista en las escuelas una educación nutricional en la que enseñen qué alimentos pueden aportar proteínas, hidratos, grasas… y que en el caso de querer seguir una alimentación a base de plantas o vegetariana se muestren las opciones que existen para suplir ciertos nutrientes sin la necesidad de comer carne o pescado. 

Todavía noto que se cuestiona a las personas que escogemos este estilo de vida. Se hacen bromas y burlas o no se respeta a la hora de salir a comer fuera. Socialmente se sigue viendo mal que digamos que no queremos comer alimentos de origen animal y se nos infravalora constantemente. Esto al final recae en los niños, niñas y adolescentes, que eligen su alimentación en función de la que toman en casa, mayormente la que les imponen sus padres. Por eso es necesario que desde bien pequeños podamos tener esta información para decidir por nosotros mismos. De la misma manera, los padres deberían de tener más consciencia sobre el medio ambiente o los peligros del especismo. 

Por esto me gustaría dirigirme a la Asamblea Regional de Murcia para que doten a los centros escolares de herramientas para poner en marcha estos talleres. La opción vegana y vegetariana ya es la de muchas personas, ¿por qué seguir negando la realidad?