No quiero disculpar, justificar, ni suavizar de ninguna manera la actitud asquerosa y cobarde de aquellos hombres que asesina a sus mujeres. Sin embargo, al enfocarlo como un tema más amplio que implica a toda una sociedad, creo que la clave para evitar los asesinatos machistas, o al menos una de las claves, es educar hombres con capacidad de expresar sus sentimientos, de mostrarse vulnerables y alejarlos de los valores masculinos más tradicionales. Creo que gran parte de esos asesinos son personas reprimidas que acuden a ese acto despreciable cuando sienten que no tienen otra salida sin dañar su orgullo.