Soy Albert López y en base a mi experiencia de 5 años trabajando como formador para familias y escuelas sobre el ciberacoso a través de charlas, conferencias y talleres me he dado cuenta de que existe un vacío muy grande en cuanto al conocimiento real de lo que es el ciberacoso. Las familias y las escuelas tienen poca formación sobre qué es el ciberacoso y cómo tratarlo y analizarlo con los niños y las niñas para que hagan un uso adecuado y seguro de las TICS, de los smartphones y de las redes sociales.

Considero que es necesario insistir en la importancia de potenciar la concienciación y la sensibilización sobre el ciberacoso: una lacra que sigue creciendo día a día. Cada vez más niños y niñas tienen acceso a un teléfono móvil a edades cada vez más tempranas. A pesar de que son nativos digitales, no saben cómo hacer un uso seguro y adecuado de los móviles. No saben cómo comunicarse bien. Poco a poco la gente va adquiriendo la idea de que hay que ser respetuoso en redes sociales, así como ser empáticos, ser constructivos y ser conscientes de las fotografías que se comparten. 

Hay una serie de conceptos muy claros que tanto los niños, las familias y las escuelas, cada uno desde su ámbito, deberían trabajar para entre todos crear un ecosistema del uso seguro de las TICS lo más profundo posible.

He dado charlas sobre el ciberacoso y también sobre la ciberadicción y al final de las charlas se me han acercado madres desesperadas pidiéndome ayuda. A estas personas las he derivado a centros especializados en los que están trabajando este tema a nivel psicológico, a nivel adictivo o a nivel personal porque su hijo es un acosador o está sufriendo ciberacoso. 

Creo que es necesario que esta campaña identifique a centros públicos que realmente estén trabajando de una manera potente y proactiva. Hay centros privados de un área de psicología que estén especializados en este tipo de agresiones y, además, falta un trabajo muy profundo desde el ámbito público y a nivel formativo.

Deben trabajar en formar mejor sobre el uso de las tecnologías y el ciberacoso con los niños y niñas, con las familias y en las escuelas. Desgraciadamente todos sabemos que en los centros educativos hay ciberbullying pero, muchas veces, por el prestigio de algunos centros, es algo que se tapa, en muchos de ellos. Hay escuelas que enfrentan el problema, lo reconocen y lo trabajan a nivel interno con las familias. Trabajan en la prevención y sobre cómo se puede detectar. Colaboran entre todos porque es un trabajo en conjunto que no se puede entender sin estas tres patas: ámbito público, ámbito familiar y ámbito docente.

Muchas prácticas comunes que adolescentes y preadolescentes hacen en las redes sociales pues, lo tienen tan interiorizado, que a veces están acosando o haciendo daño a las víctimas sin darse cuenta. Por esto es tan importantes informarles sobre cómo deben usar las redes sociales a varios niveles como el lenguaje y el contenido.

Además, existe una cuarta derivada que son los espectadores que, en muchos casos, no dicen nada o después participan. Hay muchas soluciones a nivel tecnológico que facilitan esa comunicación en caso de ser testigos de casos de ciberacoso, algunas aplicaciones incluso han recibido premios. Facilitan un espacio seguro y privado para que los testigos puedan denunciar estos casos. 

Por todo esto, pido a los políticos del Parlamento de Catalunya que se comprometan a informar a las familias y a las escuelas sobre las medidas que existen para prevenir el ciberacoso y sobre las herramientas que tienen para poder denunciar si ya son víctimas.