¡Hola! Soy Alexandra Gómez Pupo, estudio actualmente Atención a la Primera Infancia en la ciudad de Barranquilla, Atlántico. Soy una persona activa, animalista y creyente de que es posible una Colombia inclusiva. Quiero compartirles mi historia y la de miles de personas que están viviendo la misma situación.

Hago parte de la comunidad con discapacidad auditiva, y desde mi experiencia y la de mis amigos puedo afirmar que son muchas las dificultades a las que nos vemos enfrentados día a día por tener una condición de discapacidad. Generalmente no contamos con las herramientas necesarias para desenvolvernos como lo hacen las personas oyentes en espacios educativos, laborales, culturales y sociales, gestiones bancarias e incluso atención médica, por lo que se nos exige, en la mayoría de casos, contar con acompañamiento, dado que las personas en posiciones de atención y servicio al cliente no están educadas para una comunicación en lengua de señas, situación que nos priva de la posibilidad de ser autónomos y eficientes. 

En el ámbito laboral, es cierto que hay proyectos de ley que promueven la inclusión de personas sordas con incentivos para las organizaciones por contratarnos. Pero la realidad es que esto no está sucediendo. 

Es difícil pensar en un abanico de posibilidades para nosotros.  Cuando nos presentamos a vacantes de empleos, nos vemos rechazados sin motivo. O en el peor de los casos, aceptamos condiciones laborales precarias, dándonos la sensación de que nos estuvieran haciendo un favor por contratarnos. De acuerdo a mi experiencia, en la que, con tantas ganas de trabajar, estuve por tres años de manera voluntaria con una cadena famosa de supermercados a nivel nacional, allí éramos varias personas sordas, los únicos sin vinculación ni sueldo, pero con cumplimiento de horario. Nuestras ganancias venían por propinas de clientes del almacén. 

Me enfrento constantemente a esta situación, y veo que mis amigos y conocidos, por más participación en convocatorias laborales en las que participamos, terminamos siempre con la desesperanza y la frustración de pensar que, al parecer, en Colombia no hay oportunidades de desarrollo para nosotros, como sí las hay en otros países.

Estamos enfrentando un mercado laboral complicado y muchas veces con condiciones en las que no se valoran las capacidades y el potencial que tenemos para brindar.

Respecto a las oportunidades en educación, la situación no es ajena. Se hace difícil para una persona sorda el estudiar en el colegio debido a las demoras en contratación, ausencia de intérpretes del lenguaje de signos (ILS), o también falta de conocimiento de lenguaje de señas por parte de los educadores para que se faciliten la enseñanza y la comunicación dentro del aula.

El inconveniente es mayor para los que hemos tratado de ingresar a la universidad. Por lo general, a pesar de nuestros esfuerzos y ganas de ser profesionales, se nos sugiere que estudiemos una carrera técnica. 

Referente a instituciones de educación superior, como la Universidad Pública del Atlántico, que cuenta con algunos programas dirigidos a personas sordas, la apertura de programas resulta limitada en temáticas y disponibilidad, y el ingreso es complejo, rechazando un gran número de aspirantes, puesto que el examen de admisión hasta hace poco era el mismo que se dirigía a las personas oyentes, sin tener en cuenta que nuestra comunicación y comprensión lectora, varían. 

Asimismo, si una persona sorda aspira a ser profesional y estudiar en una universidad privada, deberá contratar, por sus medios, un intérprete que haga acompañamiento diario en las jornadas, o en otro caso, si no cuenta con los recursos económicos, deberá tener el acompañamiento constante de una persona que le dé soporte en interpretación, o también podría formarse en el SENA como técnico, en alguno de los programas dirigidos a nuestra comunidad.

Mi petición está enfocada en que se realicen proyectos de inclusión eficaces, que no se queden en el papel, que permitan que las personas sordas y en condición de discapacidad, no se vean relegadas al desempleo y la falta de oportunidades desde la niñez. Sabemos que se ha trabajado por nuestros derechos, pero necesitamos que los esfuerzos sean mayores para que se impacte positivamente la vida de todos nosotros.

Señores Congresistas, espero que puedan atender mi petición y brindarme respuestas con acciones contundentes. Agradezco a los lectores por el interés, por favor firmen esta petición para obtener la atención que necesitamos desde el Congreso, para este fin, necesitamos al menos 350 firmas.