Soy Alexandra Verdugo, todo empezó con la pandemia, empecé a realizar dietas y ejercicio en casa para “mejorar” la salud, entré a un reto de bajar de peso y terminé desarrollando un trastorno alimenticio y una anemia, cuando me di cuenta empecé con una terapia y noté que muchas cosas me estaban haciendo daño acerca de la relación que tenía con la comida desde años atrás.

Me inspiré en nutriólogos, psicólogos y activistas del movimiento de positividad corporal que que hablan sobre el daño de la cultura de la dieta, por lo que empecé a cambiar el chip e inicié a hablar en redes sobre mis propias vivencias siendo gorda. 

Empecé a abordar temas como body positive, pero después empecé a ser más vulnerable de situaciones que me han pasado durante toda mi vida, en cuanto a la discriminación, comentarios y malos tratos con doctores que no son capaces de darte un diagnóstico real y que sólo te juzgan por cómo te ves. 

Después de esto que viví y que sigo viviendo, trato de aceptarme aunque la sociedad no lo haga; el contenido que hago en mis redes sociales va sobre aceptación y diversidad corporal, salud en todas las tallas, vivencias gordofóbicas, tratando de publicar cosas que a mí me hubiera gustado leer más joven, como sanar la relación que tenemos con la comida ya que siempre estamos estigmatizándola.

Es importante que exista un respeto en la sociedad, ya que la mayoría de las veces las personas gordas cuando salimos a la calle nos molestan, nos acosan y se burlan de nosotros, al final esas acciones son muy dañinas y lastiman, son situaciones que nos pueden orillar a realizar cosas que pueden llegar a afectar tanto la salud mental como física.

Un problema muy grande que existe es la discriminación laboral por cómo te ves, ya que en trabajos donde piden “excelente presentación”, esta se trata de tener un cuerpo delgado, no importan las capacidades, herramientas o conocimientos que tengas para desempeñar un trabajo, si no cumples físicamente el estándar inmediatamente estás descartado.

Otra parte importante es que desde niñas y niños empezamos a recibir mensajes negativos hacia nuestro cuerpo, nos empezamos a limitar por la comida, hacer cosas radicales por comentarios de familiares y está mal porque crecemos con la idea de que los demás pueden opinar de nuestro cuerpo, que estamos mal, y que debemos cambiar, logrando que desde infantes desarrollemos inseguridades, culpas y odio. 

Mucho de los problemas también son derivados de la accesibilidad de los alimentos, ya que al haber tanta desigualdad económica y falta de tiempo por horarios de trabajo agotadores, es más rápido y barato consumir diariamente alimentos que a la larga pueden tener consecuencias en la salud, por lo que, es un problema social que se debe de acatar para que todas las niñas y niños tengan acceso de manera federal a comidas equilibradas y ricas, aunado a esto, se debería fomentar la diversidad de cuerpos desde la niñez, fomentando la aceptación y el respeto para un desarrollo emocional sano. 

Deberíamos de crecer con la cultura de buenos hábitos para sentirnos bien y fuertes, no sólo por la cuestión de la belleza física, de igual manera, debería de existir más accesibilidad para ropa de todas las tallas sin que sean más costosas.

Es muy importante cambiar la relación que tenemos con nosotros mismos, ya que crecemos con ideales de belleza desde niñas y niños, aspiramos tanto a eso que es cuando salen a relucir los trastornos alimenticios. 

Todas las personas merecemos vivir sin ser juzgados y merecemos existir en paz.

Por eso, les pedimos que se unan y apoyen esta petición,  pulsen el botón ‘APOYAR’ a través de esta página web y posterior a eso, ayúdenos compartiendo esta campaña con todos sus grupos de contactos en WhatsApp y otras redes sociales, ya que si conseguimos 500 firmas, esta petición podrá llegar a los legisladores en materia de salud del Senado de la República de México y entonces ellos estarían obligados a dar una respuesta a través de esta misma web.