Mi nombre es Almudena y tengo un Linfoma de Hodgkin. Estuve casi un año con problemas en la piel, tenía muchos picores. Este es uno de los primeros síntomas que suelen aparecer. Fui al médico y lo achacaron a una alergia primaveral. Sin embargo, esos picores los tenía durante todo el año.

Iba de médico en médico pero me decían que podía ser dermatitis. Luego empecé a tener más síntomas: estaba muy cansada todo el rato, había días que estaba bien pero de repente empezaba a sentirme fatal, parecía que tenía fiebre pero nunca llegaba a tener. Fui al médico también por estos síntomas pero me dijeron que seguramente sería un virus que no me preocupara.

También fui a Urgencias porque los picores no cesaban y de nuevo me dijeron que no era nada. Me hicieron unos análisis y hubo un valor que salió alterado pero no le hicieron mucho caso. 

En febrero de este año cada vez me encontraba peor, muy cansada y pero como había pasado la COVID lo relacionaba con eso. De la noche a la mañana me salió un bulto enorme  en el cuello. Mi pareja fue quien se dio cuenta así que fuimos corriendo a Urgencias.

Al día siguiente me ingresaron, estuve como una semana y media ingresada sola en una habitación. Me hicieron muchas pruebas hasta que gracias a una biopsia del ganglio pudieron ver que se trataba de un Linfoma de Hodgkin. Este linfoma suele aparecer cuando tienes entre 20 y 30 años, se suele curar en el 90% de los casos pero tienes que pasar por el tratamiento.

También quiero recalcar que llevaba casi un año con dolores en el pecho, yo lo asociaba a ansiedad pero luego resultó que parte del tumor lo tengo en el mediastino y eso me hacía presión. Por lo que quiero también visibilizar que igual este síntoma puede pasar por ansiedad pero no lo es.

A la semana de que me dieran el alta tuve cita con el hematólogo y ya me dio el diagnóstico. Lo detectamos en el estadio 2, que dentro de lo que cabe solo tengo que hacer 8 quimios. He tenido mucha suerte, dentro de lo malo. 

A veces tenemos un dolor al que no le hacemos caso y nunca está de más ir al médico. Quiero insistir en que es importante que nos hagan caso y que la gente tome consciencia de que los cánceres linfáticos se dan en la juventud, y es importante conocer los síntomas.

Creo que es fundamental que se invierta más dinero en la investigación de esta enfermedad y que se mejoren los protocolos de detección precoz.

Me gustaría que el Europarlamento aumentara la inversión en la investigación de los linfomas y en la mejora de los protocolos de detección. Además, se deberían hacer campañas de visibilización de esta enfermedad, porque es una gran desconocida.