Mi nombre es Ana Belén y me dedico al mundo del arte. Normalmente subo a mis redes mi trabajo como modelo de desnudo artístico, además de mis pinturas y textos. Esto me ha convertido en un foco de críticas y comentarios misóginos. Precisamente por el hecho de ser mujer recibo muchos más insultos que mis compañeros del género masculino. ¿Qué se está haciendo para protegernos del ciberacoso machista?

Hace más o menos un año descubrí una cuenta de Instagram que se hacía pasar por mí. Cuando le escribí para pedirle que borrase mis fotos de su perfil se río de mí e incluso me insultó. Acudí al apartado que tiene la aplicación para denunciar este tipo de actuaciones y me pidieron que mandase una foto mía junto con mi DNI para poder identificar que yo era realmente quien decía ser. Lo hice, pero no recibí respuesta hasta pasados dos meses. 

Me decían que estaban tardando más de lo habitual por la situación provocada por la pandemia de la Covid-19 y que realmente no tenían “suficientes pruebas para borrar esa cuenta”. Finalmente, la cosa quedo ahí y nunca más super nada de esa cuenta, aunque a día de hoy no estoy segura de si sigue activa porque la bloquee. 

Además de esta experiencia llevo tiempo sufriendo un acoso constante por un desconocido que empezó a hacerme comentarios inapropiados cuando subí unas fotos de una sesión en las que yo y otra chica posamos desnudas. Cuando yo le bloqueaba él borraba la cuenta y abría otra nueva, así una y otra vez. Todavía tengo que aguantar esto al menos una vez por semana. La respuesta de Instagram ha sido nula ya que alegan que no pueden hacer nada porque “las cuentas están vacías”. Ni siquiera aceptan las capturas de los mensajes que me manda semanalmente. 

He tenido muchas dudas de si ir a denunciar a la policía, pero finalmente nunca me he decidido por miedo a ser cuestionada. No es fácil denunciar este tipo de violencia ya que la carga emocional es enorme y finalmente la mayoría de los casos quedan archivados.

Ahora vivo con miedo de encontrarme a esta persona por la calle ya que al esconderse detrás de un usuario anónimo no sé quién es físicamente ni dónde vive. Me quedaría más tranquila si pudiera determinar que esta persona no reside en mi mismo barrio o mí misma ciudad. Necesitamos protección frente al ciberacoso y que las instituciones tomen cartas en el asunto para actuar de manera eficaz contra el mismo. ¿Con qué protección podemos contar las mujeres y niñas en Internet? ¿Cuándo vamos a dejar de aguantar esto?