Pregunta para Parlamento de Andalucía
Mis peores brotes de dermatitis atópica fueron en la adolescencia y en clase sufrí muchas burlas por ello. ¿Qué medidas se están tomando en los institutos para concienciar sobre las enfermedades de la piel y prevenir el acoso escolar?
Me llamo Ana, soy de Jaén y tengo dermatitis atópica desde pequeña. Se trata de trastorno crónico que provoca erupciones, picazón, piel seca, etc. En la infancia no recuerdo tener muchos problemas con ella, pero en la adolescencia tuve un brote muy fuerte debido al cambio hormonal.
Me salían erupciones por todo el cuerpo, especialmente en las zonas con pliegues como el cuello, el pliegue de los codos y las rodillas, en las ingles… y también en las manos. La sensación de picor era insoportable y evidentemente, cuanto más me rascaba, peor quedaba la piel. Recuerdo una vez que las espinillas se pusieron en carne viva en pleno agosto, teniendo que llevar pantalones largos para que no se me vieran. En cuanto lo vio mi madre, me llevó directamente a urgencias.
Por suerte, una vez pasó la adolescencia, la dermatitis se fue controlando y actualmente no es algo que me afecte en el día a día. Suelo tener algún brote por el cambio de estación, pero en general no me da problemas más allá de ocasiones puntuales.
La dermatitis y otras enfermedades de la piel como la psoriasis afectan tanto a nivel médico, por los síntomas que provoca, como a nivel social, por el desconocimiento que hay y la estigmatización que recibimos. Por ejemplo, cuando mis compañeros veían mis manos, sentía cómo cuchicheaban. Llegué incluso a oír burlas como “es una leprosa”. Desde entonces, iba siempre a clase con guantes, para que no se me vieran las manos.
En mi colegio había un psicólogo al que podíamos acudir los alumnos siempre que tuviéramos algo que nos preocupara. El problema era que los alumnos se enteraban y eso daba más cuerda a que se burlaran de mí. En general, no me sentí lo suficientemente acompañada durante aquellos años.
Ante esto, quiero dirigirme a los miembros del Parlamento de Andalucía, ya que soy de Andalucía y son mis representantes en dicha cámara, para que en los institutos haya más campañas de concienciación sobre las enfermedades de la piel como la dermatitis atópica o la psoriasis y así prevenir el acoso escolar. A través de charlas, talleres y formación al profesorado, se podría fomentar la empatía hacia los compañeros que lo sufren.
Si ya lo pasamos mal de por sí por todos los síntomas que provocan estas enfermedades, el hecho de ser un estigma y ser victimas de burlas o incluso acoso escolar lo hace todavía más difícil. Por eso creo que los adolescentes con estas patologías necesitan aún más acompañamiento, ya que es una época muy difícil para ellos, como lo fue para mí.