Pregunta para Parlamento de Catalunya
He superado un Linfoma de Hodgkin diagnosticado después de ocho meses de presentar el primer síntoma. ¿Por qué no se invierte a favor de poder garantizar diagnósticos tempranos de cáncer entre personas jóvenes?
Me llamo Ana y vivo en Catalunya. En septiembre de 2019 me percaté de que tenía un bulto en la clavícula. De entrada, le quité importancia; pensaba que probablemente se trataría de un bulto de grasa. Aun así, después de ver que no se iba, decidí acudir al médico. Allí me indicaron, después de que yo afirmara que me encontraba bien, que no debía preocuparme. Al cabo de un tiempo, empecé a sentirme muy cansada; combinaba estudios universitarios con prácticas curriculares y también hacía deporte. Me dormía en el tren y en el trabajo, así que seguí yendo al médico que seguía indicándome que no debía preocuparme, ya que soy una persona joven y que en este momento me encontraba bien de salud aunque cansada.
En marzo de 2020, una semana antes de que empezara el confinamiento derivado de la afectación de la pandemia de la Covid-19, el médico me indicó que le gustaría hacerme unas pruebas, pero que era mejor esperar a que pasara un poco el tema del virus, así que nos confinamos. Yo practicaba ballet y empecé a notar que a la hora de poner el brazo contrario al lado donde estaba el bulto por detrás del cuerpo, había un punto que me hacía tope y pensé que era extraño, pero yo confiaba en el criterio de los médicos que me habían dicho que todo estaba bien. Aun así, mi madre se empezó a preocupar; justo antes de que empezara el confinamiento me habían hecho una analítica que había salido prácticamente toda alterada, así que volví a contactar con mi médico en mayo. Entonces me hicieron, finalmente, una punción en el bulto. El resultado salió no concluyente, así que anunciaron que tendrían que biopsiarme.
Después de dos semanas, entré a quirófano. Antes de la intervención, el médico ya me planteó que podría tratarse, en el peor de los casos, de un Linfoma de Hodgkin. Después de una semana, confirmaron el diagnóstico. Para mí fue duro de asimilar, ya que de entrada no sabía no lo que era esta patología. Además, más adelante me informaron que los resultados del PET-TAC permitían ver que la enfermedad se encontraba en estadio 4 y que me recomendaban empezar a tratarme con un ensayo clínico. Así lo hice; me dieron quimioterapia durante seis meses y finalmente el cáncer remitió. Terminé en diciembre de 2020, así que en estos momentos me hacen revisiones de control cada tres meses.
El proceso de enfermedad por el que he transitado desde el momento que me noté el bulto me ha hecho percatar de que realmente se quitó importancia a mis síntomas, aunque es verdad que eran poco aparentes, porque yo era joven y me encontraba relativamente bien. El linfoma que he padecido a lo mejor se hubiera podido diagnosticar en un estadio más temprano si en septiembre, cuando acudí por primera vez al médico, se hubiera hecho directamente la punción que permitió ver que el contenido de la masa eran células cancerígenas. Si el patrón de actuar rápido dejando de lado la edad y la condición física de las personas se cumpliera siempre, muchas patologías se diagnosticarían antes y se ahorraría a los pacientes el hecho de someterse a tratamientos severos, el deterioro que conlleva la misma enfermedad o hasta en algunos casos, la muerte. ¿Por qué no se impulsan revisiones médicas rutinarias más allá de los 12 años de edad?, o ¿Por qué no se hacen analíticas de control también rutinarias a la población? Considero que la sanidad pública se tiene que ver reforzada en general, pero considero que es crucial empezar por el refuerzo de la atención primaria.
Es por lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué no se invierte a favor de poder garantizar diagnósticos tempranos de cáncer entre personas jóvenes? Además, también quiero trasladar a las instituciones la necesidad que hay de que desde los hospitales, además de la labor sanitaria que desarrollan que desde mi punto de vista es excelente, entre otras cosas informen, por ejemplo, sobre las redes de apoyo para jóvenes con cáncer, que impulsan fundaciones y asociaciones, para que así podamos compartir experiencias y acompañarnos en el proceso mutuamente. Considero que se debería de invertir a favor de iniciativas que funcionaran en pro de hacer más llevadero el proceso de enfermedad a los pacientes jóvenes para mejorar su estado anímico y la forma como se hace frente a la situación.