En Canarias, hasta hace poco tiempo, no existía una atención temprana pública y accesible para todos los bolsillos. Las familias de los niños y niñas que necesitan esta intervención nos agarrábamos al clavo que era el servicio de psicomotricidad relacional que ofrecía la Universidad de la Laguna, que pasó de ser un centro de investigación y docencia a un centro semiprivado que ofrecía terapias para los niños y niñas de forma lucrativa, pero a la mitad del precio de lo que puede costar un centro privado.

Cuando la Universidad de La Laguna decidió dejar de ofrecer el servicio de psicomotricidad, hace ya cuatro años, las familias nos dimos cuenta de que las alternativas eran o quedarnos sin terapia o, irremediablemente, acudir a centros privados.

Por todo esto nos empezamos a organizar y movilizar y, poco a poco, a través de nuestra lucha, conseguimos empezar a concienciar a familias como las nuestras y a los grupos políticos de Canarias de la necesidad de ofrecer una atención temprana pública en nuestra comunidad.

Esto se tradujo en que, en marzo de 2019, consiguiéramos que todos los grupos parlamentarios canarios aprobaran por unanimidad esta necesidad y que la atención temprana canaria se recogiera como un derecho que se iba a implantar a corto plazo en nuestras islas. En una primera instancia se iban a inaugurar, a finales de ese año, dos unidades de atención temprana en las principales capitales de provincia: las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

Esto no ha sucedido y, además, debido a ciertos errores cometidos por la ex consejera de sanidad, ahora es imposible contratar trabajadores cualificados para estas unidades de atención temprana más allá de los que ya trabajan en los hospitales del Servicio Canario de Salud. A lo que hay que añadir el descontrol, el caos y la desorganización entre Sanidad, Educación, Derechos Sociales y el gobierno canario para la consolidación de estos servicios de atención temprana.

Quiero preguntar al gobierno canario cómo es posible que habiéndoles dejado todas las fases a seguir perfectamente estructuradas y organizadas, hoy, las familias de los niños y niñas con diversidad funcional y con trastornos del desarrollo en Canarias no disfrutemos todavía del servicio de atención temprana pública que se nos prometió y que, además, se haya logrado semejante estropicio.

Cuanto más se retrase esta intervención para los pequeños con trastornos de desarrollo o en riesgo de padecerlo, más difícil serán de revertir o mitigar. Según los estudios, por cada euro invertido en atención temprana, las personas que la reciben, en su etapa adulta, retornan ocho a las arcas del Estado. Son ustedes muy cortoplacistas y solo piensan en su legislatura, no comprenden que son ustedes, no invirtiendo en estos niños, los que hacen que muchos de ellos acaben, en su etapa adulta, siendo dependientes y que no puedan ser autónomos y puedan aportar un beneficio social y económico a la sociedad.