Pregunta para Cortes de Aragón
“Es mejor que estuvieras muerto” le dijeron a mi hijo de 10 años en el colegio. Con su angustia y ansiedad tenemos miedo al suicidio, ¿cuándo se harán protocolos de acoso escolar que acaben verdaderamente con esta lacra?
Oliver desde el último curso ha dejado de ser el niño alegre y divertido de siempre, su carácter comenzó a cambiar por culpa de acoso escolar que estaba sufriendo. Fue diagnosticado por un psicólogo privado, no por el colegio, que solo se limitó a escuchar la gravedad del asunto y en ningún momento combatió las vejaciones y exclusión que recibía su alumno.
Le han intimidado, insultado, ha dejado de ir a excursiones y su concentración de estudio se ha visto afectada, al igual que el sueño, al no conciliarlo por temor a lo que se encontraría al día siguiente. Ha llorado hasta más no poder por lo que le hacen y por no tener amigos, es muy duro, porque nadie quiere involucrarse con él, se callan o se cubren.
El equipo directivo y el tutor han recibido millones de correos míos informándoles de la situación, de cómo se agravaba, y nunca se la han comunicado a otros padres, no les interesa que estos temas salgan a la luz porque dañan la reputación del colegio. Cuando su obligación cuando están dentro es protegerles, no solo hacer horas para ganar un sueldo. Si inician un protocolo de actuación y ven que no funciona, que se tomen otras medidas de sanción, porque allí nadie ha sido expulsado, expedientado, o le han solicitado que pida perdón. ¿Por qué no hay consecuencias para el abusador, para que pare y no tenga mayor poder?
Oliver ha tenido que escuchar frases como “mejor que estuvieras muerto” y tenemos miedo, miedo a que quiera desaparecer para no tener que aguantar más, a quitarse la vida, a suicidarse como han hecho muchos otros niñ@ que vieron en la muerte su única posibilidad de libertad.
El psicológico es el que nos ayuda a que comprenda que todo lo que le pasa no es culpa suya, que él no es una `mierda´ ni hace nada malo, él es la víctima y el contar lo que hacen no es chivarse, como le hacen creer para que no diga nada. ¿Tendré algún día amigos?, ¿dejaré de estar solo en el recreo? Son preguntas que te parten el alma, y es horroroso como madre ver sufrir a tú hijo así, en una tensión constante, sin poder nada para ayudarle sin perjudicarle.
Es por ello que lanzo esta petición, para que las burlas, el menosprecio, los insultos, risas y agresiones dejen de verse como “chiquilladas”. Son problemas sociales que dañan las vidas de muchas familias porque la sociedad, el sistema educativo y las instituciones no han sabido proteger y educar desde la infancia para que ante una situación de acoso, los testigos vean una injusticia y se posicionen en el bando correcto.