¡Hola! Soy Ana Tormos, vivo en Valencia y soy madre de Valeria, una niña de ocho años que a los tres fue diagnosticada con diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune cuya aparición no se puede prevenir. Es común en la edad pediátrica y las causas que la provocan no están claras. Ni en mi familia ni en la de mi marido hay antecedentes de ella. La Organización Mundial de la Salud la cataloga como una enfermedad crónica grave, aunque la tecnología actual aplicada a la diabetes hace más fácil su gestión.

Desde hace algo más de un año doy visibilidad en redes sociales a la diabetes tipo uno, así como a situaciones discriminatorias en centros educativos de España que sufren niños que viven con esta condición. Por ejemplo, he conocido el caso de una niña que pasó por un episodio de hipoglucemia durante un examen en su colegio y el profesor se negó a repetírselo, a pesar de que ella no estaba en condiciones de presentarlo en el momento. A otro niño, también con diabetes, su centro educativo pretende impedirle que vaya a una excursión por tener diabetes t1, alegando no tener personal preparado para atenderlo, pero tampoco dejando que vaya ninguno de sus padres, aun cuando esa negativa es ilegal.

Menciono sólo dos casos de diabetes tipo 1, pero estoy convencida de que en los colegios de España abundan los episodios de discriminación a niños con diversas patologías. Para evitarlo, es necesario que haya un trabajo conjunto de las áreas de educación y de sanidad. No pido que los profesores conozcan todas las patologías del mundo, sino que se formen y entiendan las que tienen en sus aulas. De no ser así, la discriminación va a continuar. También pido que haya sanitarios con la formación necesaria para atender cada situación particular de manera adecuada.

Es necesario dar visibilidad al tema de la discriminación a niños con situaciones especiales, y que los centros educativos garanticen que todos los niños se sientan iguales aceptando la diversidad imperante. Ser inclusivos no significa sólo tener una rampa y un ascensor, sino que a cada persona se le den las herramientas necesarias según sus condiciones particulares. Estamos hablando de niños, y yo creo que en la infancia es cuando se aprende y se siembra la semilla de las personas que van a ser en el futuro. Por eso mismo, los colegios deben dar ejemplo de manera permanente, y la discriminación va en contra de eso.

Lanzo esta campaña en Osoigo no sólo pensando en los niños con diabetes tipo 1 en España, sino también en todas las familias cuyos hijos tienen alguna condición particular que requiera herramientas, personal y condiciones especiales para convivir en igualdad en las aulas. La discriminación contra los niños ocurre cada día y es necesario hacerla visible para erradicarla. Ayúdame firmando y compartiendo con tus contactos esta campaña para que esta petición llegue a los políticos y me den una respuesta. ¡Gracias!