Hola, 

Soy André y tengo 37 años. Nací en Philadelphia (EEUU) y soy hijo de portugueses. El trabajo de mis padres me trajo a España a los 8 años y desde entonces resido aquí. Soy licenciado en CC Ambientales, pero la crisis económica me llevó a ser profesor de inglés en distintas instituciones y de forma autónoma. Actualmente dirijo mi propia academia de inglés por las tardes al mismo tiempo que trabajo en un colegio por las mañanas. Y en verano organizo distintos campamentos para los peques. 

Y además de todo ello, convivo con la Leucemia Mieloide Crónica desde los 19 años. Me diagnosticaron durante mi segundo año de carrera. Recibir ese diagnóstico siendo joven fue más positivo que negativo. Es cierto que al inicio causa confusión, dudas y muchas preguntas. Pero, por otro lado, es una edad que en mi caso me permitió encarar con más fuerza la frase de “el bicho no va a poder conmigo”. Me permitió darme cuenta de lo importante que era la actitud y el estado anímico. En mi caso, no respondí a la medicación al principio (fase de negación), pero cuando conocí a mi actual mujer (hace ahora 15 años), mis ambiciones cambiaron y mi cuerpo comenzó a reaccionar positivamente a la medicación. Esa edad te permite entender todo esto y me permitió ver que “no hay que esperar a morir para empezar a vivir”. 

Tengo muy claro lo que quiero transmitir con mi vivencia. Que solo hay dos cosas que nos pueden curar: la ciencia y la positividad. Cuando fui diagnosticado pasé un mal año. Además de LMC, me dijeron que era estéril, que mi padre estaba muy enfermo y que mi cuerpo no respondía correctamente a la medicación (ni con dosis doble). Pero eso no me impidió seguir luchando por mis sueños. Conseguí ser profesor de Universidad con tan solo 26 años, montar mi propio negocio que lleva más de 10 años siendo un éxito y, lo más bonito de todo, tener 3 hijos, ya que mi esterilidad no era irreversible. 

Tenemos grandes ejemplos en el mundo que no han ganado la batalla al cáncer (Pau Donés, Zach Sobiech, Pablo Raez…) pero el cáncer no es una condena a muerte. Somos muchos los que ganamos la batalla, aunque en mi caso tardé DIECIOCHO AÑOS. Antes o después, es posible. ¿Cómo? Os animo a empezar por los que para mí son los 9 primeros pasos: 

1. No todos los casos son mortales
2. El amor es parte de la medicación.
3. La salud mental es el 50% de la cura.
4. Buscar objetivos de futuro es necesario.
5. Disfruta de cada día.
6. Sé feliz con lo que haces.
7. Sé fuerte y trata de seguir con tu vida normal, aunque el intestino te haga retorcerte de dolor.
8. Recuerda: “no hace falta morir para vivir”.
9. Vive.

Este año, por primera vez, he organizado en el cole en el que trabajo unas charlas de concienciación sobre la donación de médula, ya que era consciente de la ignorancia que existe respecto al tema. Lo organicé a través de la fundación Josep Carreras y el centro regional de donaciones de Castilla-La Mancha. El resultado fue un éxito y, lo más importante, los chicos pudieron entender que donar médula ni es doloroso en la mayoría de los casos ni tampoco limitada la vida como donar un riñón. Las preguntas no cesaban como tampoco lo hacía la curiosidad. Y mi pregunta entonces es: ¿Por qué no se hacen este tipo de campañas en todos los centros escolares e instituciones? Son miles las vidas que pueden salvarse. Y esto es lo que demando: MÁS CAMPAÑAS DE SENSIBILIZACIÓN. 

Quisiera que esto ocurriese en todos los centros de estudios de España, y por ello quisiera hacer eco de mi petición a nivel nacional y trasladarla a nuestros representantes políticos en el Congreso de los Diputados. 

Ciudadanos, espero su apoyo. 

Políticos, espero su respuesta.