Pregunta para Congreso de los diputados
Denuncié a la pareja de mi madre por abusos continuados durante 10 años, pero nunca hubo una sentencia por falta de pruebas físicas. ¿Cuándo se nos va a proteger realmente frente al abuso sexual infantil?
Mi nombre es Andrea y soy una superviviente de abuso sexual infantil. En 2015 denuncié a la pareja de mi madre por abusos continuados durante 10 años, desde los seis hasta los 16 que me fui a vivir con mi abuela. Sin embargo, no sirvió de nada. Judicialmente no llegó a haber sentencia por lo que finalmente solo ha sido una pérdida de tiempo, dinero y salud mental. ¿Cuándo se nos va a proteger realmente frente al abuso sexual infantil?
A pesar de los avances que ha originado la entrada en vigor de la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, todavía quedan muchos puntos por pulir. La mayoría de las personas que hemos sufrido abuso sexual infantil denunciamos cuando somos adultos, y por falta de pruebas se queda en nada. Al final, da igual si la Ley es suficiente o no porque en gran parte de los casos ni siquiera se aplica.
Por otro lado, sigue habiendo muy poca información sobre esto, por lo que se convierte en un tema tabú en la mayoría de las conversaciones. Pese a que intento hablar de ello con normalidad siento que a la gente le incomoda. No puede ser que haya tan poca sensibilización social con una problemática tan grave.
Todo este estigma y desinformación provocan que las personas que lo sufrimos nos sintamos cuestionadas constantemente. Yo incluso llegué a sentirme culpable por haberlo contado. En el momento tuve todo el apoyo de mi familia, pero a los dos o tres días empecé a recibir muchas preguntas y comentarios sobre si lo que había dicho era verdad, cosa que me dolió muchísimo. Al final, la única persona que no me creyó fue mi propia madre. Al principio echó a este hombre de casa, pero más tarde volvió a tener contacto con él y le preguntó si era cierto que hubiera abusado de mí. Él obviamente le dijo que no y actualmente siguen juntos. Sin duda, ha sido de las cosas más duras de todo el proceso.
Al no haber una sentencia por falta de pruebas físicas parece que ha sido como si no hubiera pasado nada. Un juez que ni siquiera habló conmigo así lo decidió, supongo que era lo más cómodo. Me sentí y me siento sola, bueno, excepto con mi abuela que es la única que lo sufre conmigo día a día.
Creo que falta mucho trabajo que hacer en cuanto a la prevención de estos casos. Prevenir pasa por concienciar, dejar de pensar eso de “esto solo pasa en otras familias”. Pasa tanto a niños como a niñas, a pobres como ricos, en familias desestructuradas y en familias “ejemplares”.
Necesitamos mejorar la presencia obligatoria de psicólogos forenses en estos casos. Sabiéndose que la mayoría de las personas denunciamos transcurridos unos años, no pueden basarse únicamente en las pruebas físicas. Las peores secuelas que quedan son las psicológicas y por experiencia propia diré que no se pueden fingir. Nadie va a denunciar esto por gusto, ya que después de hacerlo público viene la peor parte.
Por eso desde aquí quiero pedir al Congreso de los Diputados que se nos ofrezca una protección real a la hora de denunciar el abuso sexual infantil. No podemos basar las denuncias en pruebas físicas. Necesitamos medidas urgentemente.