Mi nombre es Andrea Javel Jimenez Wun. Tengo el diagnóstico de Trastorno de Límite de Personalidad (TLP) y vengo combatiendo los estigmas que existen sobre la salud mental y su tratamiento, ayudando a más personas a darse cuenta que pueden llevar una vida acorde a sus expectativas.

Buscando ayuda es que llegué a recibir una mala praxis durante 5 años, donde en vez de mejorar, mi situación empeoró y sentía que no podía hacer nada al respecto. Mis amistades se alejaron de mí y los grupos en los que estaba, que creía que me iban a apoyar, me abandonaron. Con el desarrollo del diagnóstico empecé a darme cuenta que las personas me juzgaban y me trataban diferente por tener TLP y esto se daba por la ignorancia y el tabú en lo que concierne a la salud mental.

Fue una etapa muy oscura para mí. Incluso estuve internada en un centro de salud mental privado. Estuve allí por 4 semanas y solo vi dos veces a un terapeuta: cuando entré y cuando salí, el resto del tiempo fueron abusos y maltratos por parte del personal del centro que ahora que estoy estudiando psicología sé que son totalmente antiéticos. Dentro del mismo centro también vi muchos casos de violencia y malas prácticas de contención emocional, como personas siendo amarradas a camas y aplicándoseles grandes cantidades de sedantes sin un médico de guardia presente.

Esta situación fue bastante traumática y me costó mucho superarla. Ahora es triste escuchar muchas historias parecidas, de personas que están pasando por lo mismo que yo. Cuando las personas se acercan a mí, a hablarme y a pedir consejos, me dicen que por favor no lo comente con nadie, porque los pueden juzgar y temen ser rechazas o invalidadas. Creen que causas perdidas cuando en realidad se puede llevar una vida común y corriente con la correcta terapia y buenos profesionales.

Hay mucho trabajo por hacer para combatir los mitos y estigmas en torno a las condiciones de salud mental, pero no hay ni siquiera el suficiente interés por corregir esta situación. Por ejemplo, los centros de atención privados no están regulados por el Estado y los públicos sufren por una atención defectuosa, tanto en infraestructura como en recursos humanos. Tampoco hay un acceso eficiente a medicamentos para condiciones de salud mental, haciendo muy complicados los tratamientos y más fáciles las recaídas.

Es bastante triste ver el lugar que la salud mental ocupa en la agenda pública. Yo no conozco mucho de política, pero me he dado cuenta que necesitamos un cambio desde ese sector para poder cuidar la salud mental de os ciudadanos. Necesitamos representación, que se conozcan nuestros problemas y que haya un interés real en cambiar la situación actual.

Este enlace se puede evidenciar el déficit de centros de atención para salud mental en regiones en donde simplemente no existen: http://www.minsa.gob.pe/salud-mental/

Es por eso que hoy quiero pedir su ayuda con esta petición que he iniciado junto a Osoigo Perú. Para colaborar solo tienen que hacer click en “APOYAR”, llenar el formulario o firmar con su cuenta de Facebook. Si esta pregunta llega a reunir 300 firmas, las autoridades tendrán que responderme y explicar que acciones se piensan tomar para resolver estos problemas.