Me llamo Ángel y vivo en las Islas Canarias. Después de unos años viviendo en España empecé a sentirme mal: tenía gripes constantemente, diarreas, sensación de cansancio, etc. hasta que me diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin. Entonces yo estaba en Vigo y me trataron allí. Cuando llegué, la ley todavía contemplaba que después de seis meses residiendo en el país pudieras optar a beneficiarte de la Seguridad Social, pero cuando me tocaba me dijeron que este aspecto ya no funcionaba así. Aun así, me trataron porque era necesario.

Debido al tratamiento que recibí y a como de mal lo toleró mi cuerpo, tuve que estar ingresado mucho tiempo. Un día me llamaron y me dijeron que debía dinero a la Seguridad Social. Fue entonces cuando recorrí a la organización Médicos Sin Fronteras, que se encargaron de gestionar mi situación. No tenía tarjeta de la Seguridad Social y por tanto, no tenía número de NIE pero estaba registrado para que me atendieran en el hospital donde me trataban. Estoy casado y nunca lograron agregarme a la Seguridad Social familiar junto con mi marido.

Después de este primer contacto con el cáncer, en 2017 recaí. Empecé otra vez con la quimioterapia y se suponía que la había acabado con éxito; que estaba curado y que el próximo paso eran solo las revisiones puntuales. Entonces vivíamos en las Islas Canarias; nos trasladamos porque queríamos estar tranquilos. Cambié de provincia y el número del hospital gallego ya no valía. Pero en Vecindario, donde fuimos a vivir, al mes de estar empadronado te otorgan la Seguridad Social. Me sometí a un año más de quimioterapia y a un autotrasplante de médula ósea. Un año después recaí, pero decidí no hacer más quimioterapia porque es demasiado agresiva para mí.

Ahora me tocaría encontrar un donante compatible, pero por todo lo que conlleva este proceso decidí no emprenderlo. Hace un año y medio que estoy en tratamiento de inmunoterapia intravenosa. No es tan agresiva y me proporciona una calidad de vida mejor. Esto no te cura, pero te mantiene.

Considero que la no regularización de mi situación después de diez años viviendo en España viene debida al hecho de que he estado enfermo y de que no se ha contemplado este aspecto como una imposibilidad para trabajar. Es por esto que me dirijo a los políticos del Congreso de los Diputados, para preguntarles: ¿Por qué no se revisan los filtros que permiten, o no, beneficiarse de los servicios de la Seguridad Social y se trata cada petición como un caso individual?