Hola, me llamo Ángeles y a mis 44 años he sido víctima de ciberacoso. Escribo este texto para reivindicar la importancia de acabar con los comportamientos abusivos en las distintas redes sociales y la necesidad de seguir con la lucha feminista para que las mujeres no nos sintamos constantemente intimidadas por el simple hecho de ser mujeres y feministas. 

En mi caso, todo empezó cuando me abrí una cuenta de Tik Tok para contar mi opinión y para reivindicar los derechos de las mujeres. Yo siempre he estado muy concienciada con el tema y me gustaba la idea de poder exteriorizarlo en mi redes sociales. Fue entonces cuando empecé a recibir insultos que empezaron en comentarios y se fueron convirtiendo en videos hacia mí, utilizando mi contenido, para burlarse, mofarse y ridiculizarme.

Este acoso lo empecé a sufrir en junio de 2021, por hombres y mujeres de una ideología opuesta a la mía que no respetan que utilice mi canal para divulgar temas que considero importantes como el feminismo o los derechos de los colectivos más vulnerables. No obstante, el punto donde decidí tomar cartas en el asunto fue cuando recibí una llamada en mi puesto de trabajo amenazándome y diciendo que parara de subir esos vídeos. Fui a la policía y denuncié.

El problema es que si no presentas pruebas suficientes la solución que te dan es que elimines tus cuentas de las redes sociales. Por suerte, una de las integrantes del grupo que me acosaba por TikTok decidió redimirse y me envió capturas del grupo de whatsapp que tenían donde expresaban sentimientos de odio y amenazantes hacia mi persona. 

Con esto y con la llamada registrada, tenía las pruebas suficientes para llevar la denuncia a trámite y así lo hice. A día de hoy, sigo esperando el fallo judicial y desde hace dos meses el acoso parece haber cesado. 

Sin embargo, escribo aquí para que las personas que lo lean entiendan el daño que le pueden hacer a alguien a quien acosan. Antes de sufrir ciberacoso, padecía depresión y todas las burlas que me hicieron provocaron que mi autoestima se viera muy, pero que muy afectada. No solo ridiculizaban mi ideología, sino también mi físico, mi forma de hablar, etc. 

A las personas que pueden estar sufriendo una situación parecida, las víctimas de ciberacoso, quiero enviarles muchísima fuerza y que sepan que aquí tienen un apoyo cuando lo necesiten. Es algo a lo que hay que hacer frente y, en este caso, yo voy a llegar hasta el final para que se haga justicia y se conozca esta triste realidad a la que nos enfrentamos las mujeres cuando damos nuestra opinión de forma pública.

Y por último, me quiero dirigir a aquellas personas que son conscientes de que alguien de su entorno está pasando por una situación igual o similar a la mía y no hacen nada para remediarlo. El silencio no es la solución. Las víctimas de acoso necesitamos ayuda y respaldo de las personas que nos rodean. En mi caso, he recibido el apoyo de mi marido y de otra amiga más que también estaba sufriendo acoso en sus redes. ¡Basta ya de blanquear y normalizar el ciberacoso!