Me llamo Mª Ángeles y tengo fibromialgia; lo sé desde el año 2004 y se ha ido agravando. Se trata de una anomalía en la percepción del dolor donde se perciben estímulos como dolorosos que, generalmente, no lo son. Quienes que la sufrimos, solemos referirnos a ella diciendo “me duele todo”.

Cuando me la diagnosticaron tenía dolores hasta en 18 puntos diferentes, es el umbral máximo de dolor. Te cambia la vida, el humor, te limita y hace que te sientas fatal, llevar una vida normal es imposible y te incapacita para trabajar.

Creo que está muy invisibilizada y, en parte, puede ser porque sea porque mayoritariamente la sufren las mujeres, concretamente, nosotras tenemos el doble de posibilidades de tenerla que los hombres. Tuve que recurrir a la sanidad privada, me sentía incomprendida hasta por los propios médicos; intenté varias veces hacerme un seguro privado y no me admitían en ninguno por tener fibromialgia. La ayuda psicológica me parece fundamental, tienes que mentalizarte de lo que tienes pero note dar que pueda contigo, la positividad en estos casos es fundamental. También tuve que dejar mi trabajo, me despidieron de forma improcedente durante una baja.

Necesitamos que se invierta en investigación, no tenemos ni siquiera una medicación específica para las personas que la sufrimos y los dolores llegan a ser insoportables. Recuerdo cuando me dieron medicación por primera vez, tuve que dejarla porque los efectos rebote eran peores que los beneficios que me otorgaban y recurrir a otro tipo de medicinas más naturales para poder soportar estas dolencias.

Me dirijo a los miembros del Senado para pedir visibilidad, inversión en investigación y ayudas económicas, las personas que sufrimos fibromialgia, en su mayoría mujeres, padecemos dolores horribles que te incapacitan para realizar cualquier tipo de labor, como trabajar y no tenemos ningún tipo de ayuda por ello.