Pregunta para Parlamento de Catalunya
Lidio con un cáncer de mama. Además de apostar por la investigación, ¿Cuándo se va a reforzar la atención primaria, considerando que es la puerta de entrada al sistema sanitario público y que de ella depende su correcto funcionamiento?
Me llamo Anna, tengo 51 años y vivo en Catalunya. A mí me empezaron a practicar mamografías y ecografías mamarias rutinarias cuando tenía 45 años porque mi madre padeció cáncer de mama. Un día, en verano de 2019, me percaté de que se me había alterado la mama; en concreto, vi que se me hundía el pezón. Decidí acudir a urgencias de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIR) y allí decidieron practicarme una mamografía de urgencia. Del resultado, extrajeron que no había de qué preocuparse y relacionaron la sintomatología con la menopausia, así que aunque me sorprendió, me sentí aliviada.
Pasó el tiempo y llegó la pandemia de la Covid-19. Yo soy sanitaria y esta ha sido una época muy dura e intensa. Además, cambié de lugar de trabajo. En estas, yo cada vez me veía el pecho más extraño. Como supe que debido a la pandemia se suspendieron los programas de cribado y ya había pasado un año desde la fecha en que tenía mis pruebas programadas, decidí visitarme mediante el servicio privado. Después de explorarme, consideraron que no había nada por lo que preocuparse. Aun así, me programaron una mamografía y una ecografía mamaria. Empezaron por hacerme la última prueba mencionada, y cuando el ecógrafo me vio, ya me anunció que algo no estaba como debía.
Me derivaron a urgencias de nuevo y acudí con el resultado de la ecografía mamaria. Allí me repitieron las pruebas diagnósticas en cuestión. Finalmente, concluyeron que tenía tres tumores en la misma mama y que ninguno de ellos medía más de 2 cm. Aun así, tendrían que quitarme la mama entera. Debido, también, a la incidencia de la Covid-19 sobre el sistema sanitario, aunque me diagnosticaron en octubre, hasta diciembre no me operaron. Tuve la suerte de que los tumores crecieron lentamente, al contrario de lo que indican los estudios sobre el tipo de cáncer que padecía, porque este período de tiempo hasta la operación, así como la demora en el diagnóstico, habría podido ser decisivo.
Después de la operación, tuve que someterme a un tratamiento de quimioterapia y tuvieron que intervenirme quirúrgicamente de nuevo para extraer y avaluar la afectación de los ganglios. Solo los centinela estaban afectados y esto fue una buena noticia. Aunque de entrada me indicaron que a lo mejor tendría que someterme, también, a un tratamiento de radioterapia, finalmente no lo necesité. Durante todo este tiempo me he estado recuperando a nivel físico teniendo en cuenta los efectos secundarios que dejan los tratamientos y me he reincorporado de manera parcial al trabajo.
Tanto mi proceso de enfermedad como mi trabajo y la incidencia de la Covid-19 me han servido para ver, de una manera todavía más clara, las carencias del sistema sanitario. Considero que la atención primaria es la puerta de entrada al mismo y que, por lo tanto, condiciona su correcto funcionamiento. Si se dotara la atención primaria de los recursos tanto humanos como materiales necesarios (haciendo referencia al ámbito sanitario, pero también al administrativo), seguramente se solucionaría casi al completo la saturación que impide, en muchos casos, dar una atención 100% pertinente a los pacientes.
Es por lo presentado que me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que me respondan al planteamiento: además de mejorar la inversión destinada a la investigación, ¿Cuándo se va a apostar para reforzar la atención primaria, considerando que es la puerta de entrada al sistema sanitario público y que de ella depende su correcto funcionamiento?