Pregunta para Cámara de Diputadas y Diputados de Chile
¿De qué manera la Cámara de Diputados piensa integrar a los docentes transgénero o que habiten la diversidad de género en las nuevas políticas públicas o leyes de educación?
¡Hola! Mi nombre es Antonia D’marco Carrasco, resido en la ciudad de Santiago y soy educadora.
El género es una construcción social que ha organizo históricamente las relaciones humanas de manera estructural, marcando todo el ciclo vital de las personas desde lo educativo, la salud, la económica, en este sentido llega hacer una forma de distribución de las personas, así que en el fondo, más que apropiarnos del género, es necesario analizar nuestro presente desde una mirada feminista, y esto nos sirve para que se cuestione los géneros que en cierta manera diagrama al hombre y la mujer, así que más que apropiarnos, lo correcto es cómo usar esta caja de herramientas que dispone el feminismo de alguna manera para, mirar las relaciones sociales de género y de poder que hoy oprimen a hombres y a mujeres.
Es por esto, que hay que entender el género como una lectura discursiva y corporal, emerge de una sociedad que impone una forma de vida impuesta, que sienta sus bases en la heterosexual totalitaria como diría Teresa de la Lauretis entre otras feministas contemporáneas, el sistema sexo género, es un paradigma que la heterosexualidad ha impuesto como algo dado y natural, y si bien es cierto, esa es precisamente la trampa que los sectores conservadores utilizan para defender sus modelos de familias binarias, heterosexuales y monogamias, negando que las relaciones humanas y afectivas devienen da una construcción social heredada del colonialismo y el patriarcado, así que, el feminismo de cierta forma, llega a ser una herramienta que busca emancipar a las personas de las opresiones que habitan por ser autodefinidos por la sociedad con un género determinado , una orientación sexual, marcando roles que cosifican y limitan a las personas a cumplir un cierto rol inamovible.
De esta manera, para poder abordar los derechos humanos de la diversidad sexual y de género, en primer lugar, debe existir justicia y reparación en torno a los derechos humanos que han sido atropellados históricamente en todas las naciones hablando de Latinoamérica y el Caribe, bajo todas las dictaduras cívico-militares, que también reprimieron a la comunidad LGTBI, y por otro lado dar cuenta del desamparado y la negación de los derechos humanos de la comunidad trans/travesti por parte de los gobiernos de la vuelta a la democracia, quienes no han tenido la voluntad política para comprender que nosotras las mujeres transgéneros no se nos permite desarrollarnos, hecho que nos lleva a la precariedad y el abandono, negándosenos el derecho a la vivienda, el derecho al trabajo, a la salud, incluso el derecho a una muerte digna. En el fondo, cuando los estados reconozcan que esos derechos han sido vulnerados, los cuales le pertenecen a todos los ciudadanos, nosotras lograremos vivir en dignidad como todo el resto de la ciudadanía.
En ese sentido, resulta crucial y enfático decir que, para lograr que existan políticas públicas tanto nacionales como tratadas internacionales de derechos humanos, los Estados deben comprometerse a integrar a la comunidad LGTBIQA+ a estos procesos de justicia, reconocimiento y reparación. Y esto central para lograr una acción directa, comunitaria y en conjunto con las personas que han sido vulneradas o atropelladas en su derecho humano, siendo fundamental en un trabajo en conjunto pues, muchas veces estas comunidades no han alcanzado una educación escolar completa, o son excluidas de sus hogares, viviendo en situación de pobreza o sufriendo muchas veces de graves estados de salud.
Es por esto que mi pregunta a la Cámara de Diputados es: ¿De qué manera piensan integrar a las docentes transgénera o que habiten la diversidad de género en las nuevas políticas públicas o leyes de educación? Para de esta forma, hacer un vuelco social que nos integre a todos porque en el fondo lo que buscamos es trabajar en lo que amamos, ya que, no nos sirve, un cupo laboral trans, si las personas que son profesionales, nos envían a lavar baños o a regar plazas, o si no le dan becas educacionales a las compañeras que no lograr terminar sus ciclos escolares, para que están se profesionalicen y se desarrollen en igualdad de condiciones.
Necesitamos que el Estado propulse leyes de cupo laboral trans que realmente incidan positivamente en las personas con trabajos dignos. Por esta razón, ¡apoya nuestra petición! Con 400 firmas, será respondida por políticos chilenos en la web de Osoigo. Únete y sé parte del cambio.