Hola. Me llamo Antonio Cárdenas y soy el padre de una niña que nació con una cardiopatía congénita.

Mi hija se llama Dolores y tiene 7 años. Mi hija y yo vivimos solos en Ciudad Real puesto que mi mujer –y madre de Dolores- desgraciadamente falleció hace 2 años. Mi vida ha estado lleno de muchos momentos que hubiera preferido no vivir, pero tengo que seguir luchando para que mi hija tenga un futuro óptimo. 

El embarazo de mi mujer fue normal, ningún médico nos avisó de que mi hija nacería con una cardiopatía congénita. Recuerdo que los médicos nombraron esta patología por primera vez a las horas de que Dolores naciera. El doctor que estaba atendiendo a mi mujer vino junto a un cardiólogo para hablar conmigo y me dijeron que le realizarían varias pruebas a nuestra hija para comprobar que todo iba bien. 

Posteriormente nos confirmaron que era una cardiopatía congénita. A partir de ese momento hemos tenido que ir regularmente a la consulta para que los cardiólogos corroboren que la vida de mi hija se desarrolla correctamente. 

Ahora, durante la pandemia, Dolores no ha ido al colegio porque nos recomendaron que salieron lo menos posible de casa debido a que podría contagiarse más fácilmente. Ella ha estado realizando clases online, pero quiere volver a verse con sus amigas del colegio. 

Lo único que quiero es que mi hija sea feliz. Hemos tenido que pasar momentos muy duros en la vida y, debido a eso, hemos necesitado ayuda de terapeutas para que la situación tan horrorosa que nos rodeaba, nos afectara lo menos posible. Actualmente, yo sigo acudiendo a terapia. 

Estos servicios son fundamentales para conseguir sobrellevar los acontecimientos que se nos escapan de las manos. Es por eso, por lo que considero totalmente necesario que implanten el servicio de terapeutas gratuitos para TODO aquel que lo necesite. Nosotros hemos tenido que acudir a terapeutas privados ya que la Seguridad Social nos citaba en unas listas de espera de larga duración. 

Tras plasmar un breve resumen de la vida de mi hija y mía, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e investigación para las cardiopatías congénitas. 

Los diagnósticos precoces deben ser una prioridad sanitaria para poder controlarlos a la perfección y poder empezar a trabajar antes, incluso, de que el bebé llegue al mundo. 

Por último, tras mi experiencia, considero que los terapeutas deben ser profesionales que estén en todo momento al lado de la persona afectada y de sus familiares, si lo necesitaran, y deben estar subvencionados en su totalidad por el Estado. La salud mental se convertirá en una de las primeras causas con afecciones en los próximos años y sabiéndolo, debemos intentar remediar esto con la mayor rapidez posible.