La nueva situación sanitaria en Granada con la fusión y la desfusión, fruto de la nefasta gestión del gobierno de Susana Díaz, no sólo no ha conseguido los dos hospitales completos, sino que ha generado inversiones millonarias sin sentido y frustraciones entre los profesionales y los ciudadanos que, lejos de ganar en calidad y servicios, vemos cómo el dinero público no se destina a tecnología ni personal, sino a arreglar los desaciertos y errores cometidos. Todo un despropósito, donde no han tenido criterios objetivos de planificación, haciendo y deshaciendo lo hecho.

Con el proceso de fusión y desfusión no se tocan las privatizaciones, las externalizaciones, no se reducen las listas de espera, ni se contrata a más personal.

Estas decisiones no se adoptan porque chocarían con otros intereses, que desgraciadamente no son los intereses de la población.