Aprender a vivir TEA y TGD es una agrupación que desde el 2014 se dedicada a la rehabilitación multidisciplinaria de niños y jóvenes dentro del trastorno autista. Como padres nos organizamos para poder tener un centro de terapias que signifique un menor costo, para que nuestros hijos puedan acceder a un buen tratamiento. 

Actualmente nuestro centro cuenta con nueve profesionales integrales de la salud, entre los que encontramos terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, fonoaudiólogos, educadores diferenciales, entre otros. Ellos se encargan de atender las necesidades de cada uno de los niños y jóvenes que se atienden en nuestro centro que actualmente abarca un universo desde los 6 meses hasta los 17 años. 

Uno de los principales problemas que hemos evidenciado es la falta de una subvención constante y alta por parte del Estado. Nosotros funcionamos con el apoyo del Municipio de Maipú que se traduce en un 50% y el resto lo financiamos los padres. Este apoyo no es suficiente para la realidad que vivimos como país, entendiendo que actualmente el sueldo mínimo es de  $337.000 pesos chilenos. 

Según el decreto 201, que promulga la convención de Las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad y su protocolo facultativo, que Chile ratificó el año 2010, tiene como objetivo promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente.

Es por esto que creemos que en el país no se llevan a cabo en su totalidad y que no están haciendo un esfuerzo necesario para que, en este caso, niños y jóvenes con TEA obtengan sus derechos fundamentales como lo es el derecho a una salud integral que la ley Nº 20.422 también establece. 

Por esta razón la pregunta que hoy levantamos hacia las autoridades es ¿Por qué el Estado no es capaz de subvencionar estos establecimientos que buscan cumplir y velar para que estos derechos se cumplan? Es necesario que las subvenciones sean mayores debido a que la realidad económica de muchas familias les impide poder pagar una atención integral. 

La realidad es que sin la ayuda de estos centros la posibilidad de atender a niños y jóvenes con TEA es muy difícil por los precios que estas tienen en el área privada, por otro lado en el sistema de salud pública las horas disponibles para cada paciente no son suficientes y esto conlleva que se vulnere su derecho a salud integral. 

Los invito a firmar esta campaña, para que desde la Cámara de Diputados nos puedan entregar una respuesta y así avanzar en el cumplimiento de los derechos fundamentales de los niños, con énfasis en la salud.  Necesitamos la participación de todas y todos ustedes, ya que, si conseguimos los apoyos, esta pregunta llegará a los diputados y  nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web. Ayúdanos haciendo clic en el botón “apoyar” y difundiendo esta pregunta, para que todos los niños puedan acceder a una salud integral.