Pregunta para Cortes de Aragón
¿Por qué los mediadores y mediadoras comunicativas no contamos con el reconocimiento adecuado para cumplir con las personas con diversidad funcional?
Mi nombre es Ariadna, soy mediadora comunicativa y desde hace mucho tiempo vengo defendiendo mi profesión y la de mis colegas en la sociedad, siendo el puente entre las personas con diversidad funcional y su entorno y buscando que la sociedad sea más inclusiva con ellas.
Mi carrera, de hecho, empezó alejada de la mediación, ya que estudié primero para hacer el grado en Veterinaria. Todo cambió cuando ojeando las asignaturas del grado de Mediación Comunicativa, me di cuenta de cuánto podría ayudar a personas con diferentes diversidades funcionales si yo tuviera esos conocimientos. Es así que decidí emprender este camino estudiando el grado superior de Técnico en Mediación Comunicativa, hice las prácticas en un colegio de educación especial, ayudando a una niña sordociega. Fue un trabajo muy gratificante, pero todo cambió a la hora de salir a la calle a buscar algo estable.
Luego de salir del cole, me empezaron a llamar para hacer servicios en casa, pero esto era de forma irregular e intermitente. En cuanto a las asociaciones en las que se pueden trabajar, todas tienen sus puestos cubiertos y, al ser pocas, tienen muy pocas aperturas. Tampoco podemos trabajar en los colegios públicos porque no existe la regulación adecuada de nuestro perfil profesional; no hay oposiciones, ni estamos reconocidos para entrar como personal no docente.
¿Qué pasa con la mediación y por qué no es tomada en cuenta?
Aunque el grado está regulado por el real decreto 831/2014, todavía no hay un convenio laboral donde ponga cuáles son nuestras funciones dentro de un puesto de trabajo o los sectores donde podemos desarrollarnos profesionalmente. Varias asociaciones y entidades trabajan por clarificar estas situaciones, sin embargo, las administraciones públicas hacen caso omiso a las quejas.
Esto es sintomático, porque nuestra labor sirve para ayudar directamente a las personas con diversidad funcional. Si no es a través de las asociaciones o fundaciones, no pueden acceder a nuestros servicios. Tampoco se hace una difusión a nivel público para que las personas que lo necesiten puedan acceder a esta ayuda. Termina siendo todo un sistema que por un lado no cumple con las necesidades de sus ciudadanos más vulnerables, y por otro tampoco protege la labor tan importante que hacemos.
Yo tuve que empezar a hacer formaciones complementarias e invertir mucho dinero para adquirir mis materiales, recursos y estrategias. Las familias me fueron conociendo y recomendando mis servicios para otras personas con diversidad funcional.
Lo primero que debemos hacer para corregir la situación actual es crear un convenio donde se regulen las funciones y los lugares de trabajo. Lo segundo es abrir oposiciones a nivel institucional, educativo y social, que nos permita entrar a los colegios cuando se necesite; o poder estar reconocidos como personal no docente dentro del ámbito educativo, servicios sociales. Si no se llega a regular, veo a profesionales que, incluso siendo escasos, llegarán a ser menos. Si se soluciona, veo a un profesional capaz de trabajar en un equipo multidisciplinar y ayudando a más personas con diversidad funcional.
Espero que vayan llegando las reivindicaciones a los organismos públicos y así puedan reconocer la importancia de los mediadores comunicativos en la construcción de una sociedad más empática y consciente.
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