No hemos politizado en ningún momento este injusto impuesto. Al contrario, hemos buscado soluciones consensuada frente a un tributo que nos parece un auténtico “impuesto sobre la muerte”. En el caso de Aragón, además, estaba desorbitado. Desde hace ya muchos años, en los gobiernos en los que estuvo el PAR, forzamos a que hubiera bonificaciones para que la gente no se viera tan afectada, pero éstas fueron eliminadas de un plumazo al principio de esta legislatura, lo cual provocó una protesta social tremendamente evidente, y sobre todo justa. Finalmente, se ha llegado a otro acuerdo para reducir la incidencia de este impuesto, aunque nosotros apostamos por su total desaparición.