Me llamo Isabel Matute y soy la presidenta de la Asociación de Aparadoras y Trabajadoras del calzado de Elche, de la provincia de Alicante, donde hemos desarrollado nuestro trabajo clandestino en nuestras casas y en talleres, muchos de ellos, ilegales. La Asociación nace en el año 2018 que se formaliza como un movimiento asambleario con el objetivo de que las mujeres que se han dedicado décadas a trabajar en el sector del calzado dejen de ser invisibles. 

Durante más de 50 años se ha implantado, en la comarca, un sistema de trabajo que invisibiliza a todas las mujeres que han trabajado en el sector del calzado. Cuando una mujer se casaba te avocaban a trabajar desde casa mientras cuidábamos y hacíamos las tareas domésticas, a la vez que sacábamos la producción de las empresas. Un sector feminizado que ha significado carecer de condiciones dignas de trabajo, por el hecho de ser mujeres, hemos sido secundarias. 

La realidad es que hemos cotizado a penas 5 años cuando hemos estado trabajando durante 50 años, trabajando en talleres clandestinos o en nuestros hogares sin contrato. Es un sistema totalmente normalizado quedándonos ahora una pensión no contributiva porque no podemos jubilarnos, después de estar trabajando toda la vida, con la que apenas podemos vivir y nos vemos en situación de exclusión social, mujeres que hemos sido independientes económicamente ahora no tenemos recursos. 

Hemos estado expuestas a productos tóxicos, en ocasiones sufriendo accidentes laborales sin derecho a baja o pensión por enfermedad ya que hemos carecido de contratos. Y ahora, muchas de nosotras tenemos problemas de salud, con enfermedades que no se nos son reconocidas, por todo el trabajo realizado en estos años sin medidas de seguridad con jornadas de trabajo que son de 10 a 11 horas y algunas de 7 días a la semana, con un convenio que no se cumple en la mayoría de los casos porque somos invisibles. 

Cansadas de ser invisibles empezamos a movilizarnos y empezamos a denunciar, donde se descubren muchos talleres clandestinos se hacen inspecciones de trabajo, sin mucho resultado, porque se declaran insolventes para no pagar la multa y así cerrar para después abrir de nuevo el taller en otra ubicación. Se maquilla el sistema para que hoy en día siga existiendo y se siga fomentando toda la economía sumergida del calzado, por ello queremos inspectores fiscales para que haya un control. 

En el transcurso de este tiempo hemos conseguido que se aprueben tres proposiciones no de ley (PNL) por unanimidad en el Congreso, hemos enviado firmas al Ministerio de Trabajo para que se nos reconozcan, porque hemos contribuido a la riqueza del país y de Elche en concreto, donde nos encontramos la mayoría de aparadoras realizando los zapatos de millones de personas y lo único que hemos recibido han sido condiciones laborales indignas por lo que este país y Elche tienen una deuda histórica con nosotras.

Por ello, desde la Asociación Aparadoras y Trabajadoras del calzado de Elche, nos gustaría pedir y exigir a los miembros del Parlamento Europeo que se nos reconozcan los años que hemos trabajado, que se nos incluyan en el régimen de la Seguridad Social para poder cobrar y tener una pensión digna.