Pregunta para Parlamento de Andalucía

Si ser un niño o niña migrante y cumplir los 18 años no supone ser independiente, ¿por qué no se invierte en acciones que ayuden a este grupo de personas vulnerables y excluidas socialmente?

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Asociación Kala Pregunta de Asociación Kala

Soy Mansur, uno de los chavales que se llama en la actualidad mena. Llegué en 2001, y en mi grupo la mayoría de los jóvenes eran de Marruecos menores de edad. Quedábamos para jugar al fútbol y a partir de ahí, veías la realidad de cada uno, de las necesidades que pasaba cada joven. En mi caso, he sido un mena, pero afortunadamente tuve mucha suerte y no entré en un centro de menores. Había muchas carencias en esos jóvenes que yo no las tenía porque una familia me acogió en Córdoba. Y fue así, como a través de esas problemáticas que sufrían mis compañeros, creamos La Asociación Kala. Se fundó gracias al empeño y compromiso de una serie de personas, tantos hombres como mujeres de Córdoba, junto algunos menores migrantes no acompañados, en el año 2005. 

Aunque yo tuve suerte, yo no podía mirar a otro lado cuando veía chavales que eran como yo y no tenían las mismas oportunidades que tenía. La mayoría eran menores no acompañados de entre 15, 16 y 17 años. Y en esta edad la administración sí se hace cargo de ellos. Al menos están protegidos, pero claro, cada persona tiene un caso diferente y unas dificultades para adaptarse a esta nueva sociedad. Muchos no tienen el suficiente tiempo para poder regularizar todo porque llegan con 17 años y ya a los 18 te dejan en la calle. Al estar sin familia, abandona todo lo que estaba haciendo en el centro porque tiene que buscarse la vida, un trabajo, todo. 

En la Asociación Kala comenzamos primero con actos de acompañamiento, de escucharlos, compartir con ellos actividades de ocio, etc. Ahora seguimos con el acompañamiento, pero hemos dado un paso más. ¿Qué pasaba con esos niños que cumplen los 18 y no han tenido tiempo de solucionarlo todo? Los encuentras buscando plazas en albergues que estaban completos, durmiendo en la calle, en bancos… Decidimos así crear una casa para que puedan terminar el proceso que habían iniciado de trabajo o educación. 

Desde el 2005 hemos tenido una capacidad de acogida de 7 chavales vive en este hogar que hemos creado para ellos y que van cambiando constantemente. No queremos conseguir las estadísticas, sino que se puedan integrar de forma completa, por eso, entendemos que cada caso lleva su tiempo. Y así nos aseguramos de ayudarles y darles acompañamiento en aspecto formativo, en salud, en burocrático, para poder ayudarles en todos estos trámites. Y es que no solo trabajamos con los chavales del piso, muchos vienen a pedirnos ayuda. Así que tratamos de ser este soporte que está ahí para ellos.

No tiene mucho sentido que un niño o una niña con 18 años, se les tenga que poner en esa tesitura de independizarse de un día para otro. Sobre todo, con aquellos que no manejan el lenguaje. Son muchos trámites y unas pegas y trabas muy complicadas. La mayoría se busca la vida y tira para adelante, muchas veces de forma irregular en lo que encuentras. Y esto deriva en que mucha gente se aprovecha de su situación de vulnerabilidad y necesidad. Los explotan de una forma hasta que puedan. Yo le pediría a la sociedad que como mínimo intenten empatizar. En todos los sectores y momentos de la vida, que intentaran ponerse en el lugar de la persona, imaginar por qué se encuentran ahí o que te gustaría que hicieran contigo si te vieras en esa situación.

Depende de la situación personal de cada uno, hay muchos tipos de migración, la mayoría es por temas económicos. Al final hablamos de niños, no es lo mismo el que busca un futuro mejor, que el que sale de un conflicto de guerra. Por ejemplo, en el caso de Melilla, es un tema muy triste, es solo la punta del iceberg. Es lo mínimo y lo poco que hemos podido ver. Hay muchos caminos y muchas personas que abandonan sus casas, que tienen que cruzar varias fronteras y que no sabes en que se quedan porque no hay información. Eso es muy poco con los que se quedan en el camino. Por eso me gustaría preguntarle al Parlamento de Andalucía, si ser un niño o niña migrante y cumplir los 18 años no supone ser independiente, ¿por qué no se invierte en acciones que ayuden a este grupo de personas vulnerables y excluidas socialmente?

Lo primero y fundamental que le pido es que debemos trabajar tanto la sociedad como instituciones para intentar garantizar al menos que se cumplan los derechos humanos. El nivel de atención y ayudar a una persona cuando está en un momento de dificultad. Cuando países como Mauritania, Turquía, etc., generan situaciones conflictivas en las fronteras, acaban siendo los democráticos cómplices y responsables de las actuaciones, por el tipo de convenios, el dinero que dan para parar a la gente en las fronteras. Las fronteras deberían estar libres para poder ir a cualquier sitio del mundo. Un europeo si puede ir a cualquier sitio, a trabajar o viajar, pero otras personas si no tienes mucho dinero en tu cuenta, no te aceptan.

Me gustaría que se hiciera una labor de concienciación de las fronteras, todos somos personas, y todos somos buenas. Estamos en un momento clave donde está brotando mucho racismo, partidos políticos que impulsan discursos de odio. Se tienen que destinar recursos para que exista una integración real, que facilite regularizar su situación, eliminando muchas tramas. Prefiere que la gente viva en tres años de clandestinidad en vez de 3 años en la legalidad. Con la cantidad de trabajos que necesitan personas jóvenes y al final siempre hay barreras y problemas. Por eso te pido que firmes esta petición porque todos tenemos unos derechos fundamentales que por fin deben ser escuchados y respetados.

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