Paloma es una médico de Huesca que se casó en 2004 con un concejal de la ciudad. A los 10 días de la boda sufrió su primera paliza. Comenzó entonces un infierno de violencia machista del que también han sido víctimas sus tres hijos. Cuando Paloma sacó fuerzas, grabó varios de los episodios de violencia y denunció a su agresor. 37 vídeos con 18 horas de grabaciones que demostraban las agresiones que Paloma y sus hijos sufrieron.

Tras el curso de la denuncia, el Tribunal Supremo ratificó la sentencia que condenaba a su agresor a siete años de cárcel por cuatro delitos continuados de violencia doméstica. Al ejecutar la pena impuesta, el juzgado de Huesca computó la pena por separado y el agresor se ha librado de la cárcel. Además, tras suspender el régimen de visitas durante un tiempo, los hijos tendrán que ver de nuevo a su padre agresor en unos meses. Ante el temor a que esto ocurra, Paloma ha decidido dar un paso al frente para romper su silencio y denunciar esta situación en los medios de comunicación. 

El caso de Paloma no es único ni singular y ejemplifica a la perfección porqué siempre decimos y defendemos que NINGÚN MALTRATADOR PUEDE SER UN BUEN PADRE. Los últimos datos del CGPJ indican que la suspensión del régimen de visitas sólo se aplica en 2,57% de los casos, la retirada de la patria potestad en el 0,58% de los casos y la suspensión de la guardia y custodia en un 4,66% de los casos. Esto significa que las medidas judiciales de protección no son suficientes, que muchos menores quedan desprotegidos, en riesgo y teniendo que convivir con los agresores que han maltratado a sus madres y a ellos mismos. 

¿Dónde está aquí la protección superior que le debemos a los menores? La nueva ley de Protección a la Infancia aprobada recientemente a propuesta del Ministerio de Derechos Sociales fue un avance insuficiente que deja muchas lagunas y que se hizo sin contar con nosotras y otras muchas asociaciones y colectivos de supervivientes de la violencia de género.

Esta legislación contempla proteger al menor en casos de violencia de género, pero finalmente, la última palabra siempre la tiene un juez que, motivando un auto, siempre puede dictar que se retome el régimen de visitas o que no se retire la patria potestad.

Las mujeres víctimas de violencia de género necesitan, necesitamos, más protección de forma urgente y contundente. Por eso desde Somos+, volvemos a decirlo alto y claro: ningún maltratador puede ser un buen padre y reclamamos una actualización de las leyes de Violencia de Género y de Protección a la Infancia eficaces, para que se proteja y se garanticen los derechos de mujeres y criaturas, y no los de los maltratadores. Los casos como el de Paloma y sus hijos no se pueden repetir.

-Suspensión automática del régimen de visitas en cuanto haya condena por violencia de género, así como retirada de la guardia y custodia y de la patria potestad al agresor. 

- Revisión de los requisitos de acceso a las pensiones para los huérfanos víctimas de la violencia de género. Ellos y ellas también son víctimas directas de la violencia machista, las pensiones son insuficientes y no llegan a todos: si los padres no están casados, el/la huérfana no tiene derecho a pensión.

- La retroactividad para considerar víctimas directas de la violencia de género a menores por hechos ocurridos antes de la promulgación de la ley del 2015, y así evitar crear víctimas de primera y de segunda,

- La libertad de poder llevar a nuestros hijos e hijas a un psicólogo/a sin tener que pedir permiso al maltratador.

Queremos que esta petición llegue a todos los grupos políticos del Congreso de los Diputados, al Ministerio de Igualdad, Ministerio de Derechos Sociales y al Ministerio de Justicia. Contamos con vuestra ayuda firmando y compartiendo esta petición para hacerlo posible y ser escuchadas.