Me llamo Blanca, soy de Madrid y soy estudiante de Psicología. Actualmente estoy en la fase final de tratamiento de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) que sufro desde los 11 años. Durante todos estos años he recurrido tanto a la sanidad pública como a la privada y, lamentablemente, hay una diferencia abismal.

En la sanidad pública, no hay suficientes recursos para cubrir los servicios de salud mental en general, ni de los TCA en concreto. Además, el acceso suele ser bastante estricto, rigiéndose básicamente por el peso, y los seguimientos a las pacientes son muy escasos.

En cambio, por la vía privada he podido tener un acompañamiento y un seguimiento que me ha ayudado mucho a mejorar y, a día de hoy, estoy a punto de recuperarme del todo. Por supuesto, todos estos servicios tienen un coste muy elevado. Durante años mi familia ha tenido que cubrir estos gastos, pero hay muchas que no se lo pueden permitir.

Sin embargo, hace relativamente poco, y porque me lo dijo una amiga, supe que, en la Comunidad de Madrid, el Seguro Escolar, que está incluido en la matrícula que pagamos cada año estudiantes de Secundaria, Bachillerato, y universitarios, puede cubrir tratamientos como el que estoy recibiendo yo durante un tiempo determinado. Gracias a ello, ahora tengo acceso a un servicio multidisciplinar de forma gratuita durante dos años. Además, acceder a esta prestación fue muy fácil y no me supuso ninguna traba burocrática.

Como decía, esto lo sé desde no hace mucho y por casualidad. Ni yo ni mi familia tuvimos esta información antes, y creo que es algo que ocurre de forma generalizada. Los estudiantes no solo tenemos derecho a acceder a esta prestación, sino que también tenemos el derecho de acceso a la información.

Ante esto, quiero dirigirme a los miembros de la Asamblea de Madrid, ya que soy de Madrid y son mis representantes en dicha cámara, para que se informe más a los estudiantes y sus familias sobre lo que cubre el Seguro Escolar, ya sea a través de campañas informativas, o estableciendo un protocolo desde los centros escolares y las universidades, por ejempo.