Sunday fue un gatico que me rescató. Nos conocimos en las calles del centro de Medellín el 22 de septiembre de 2019. Lo bauticé Sunday porque era domingo y para mí era una señal del universo después de haber pasado un día muy difícil a nivel emocional. Él estaba a dos cuadras pidiendo un trozo de pan a unos niños, pero estos le arrojaban piedras. Después de dar un par de vueltas a la cuadra decidí bajar de mi carro y acercarme. Pude observar que tenía una herida cortopunzante en el pecho; estaba abierta pero no sangraba. Con prisa lo subí al carro y lo llevé urgentemente a un centro veterinario al otro lado de la ciudad. Además de la herida y la desnutrición, le encontraron un soplo en el corazón en la veterinaria y fue diagnosticado positivo a VIF. Aunque no era mi mejor momento elegí responsabilizarme por su vida y, a la par, encontré generosidad en muchas personas que me ayudaron con todos los gastos. 

Durante cuatro meses lo estuvimos recuperando gracias a un hogar de paso experto en gaticos positivos y viejitos, pues además Sunday tenía cerca de unos 13 años. Tomamos la decisión de no entregarlo en adopción hasta que no estuviera completamente recuperado. Fue tanto el amor y el cuidado que recibió que en cuatro meses estaba listo para buscar un hogar definitivo. Su mirada, su pelo, su porte había cambiado radicalmente. Era el momento para darle una nueva vida.

La líder de este hogar de paso salió el 31 de diciembre para cuidar a domicilio a unos gaticos, pues de esta forma sostenía los tratamientos de sus rescatados. En el hogar quedó solo su madre. Mucho antes de las 12 de la noche empezaron a quemar pólvora en las casas vecinas y según cuentan, Sunday se la pasó inquieto y nervioso toda la noche. Al día siguiente, 1 de enero de 2020 regresó la rescatista a su hogar y Sunday se encontraba respirando de manera extraña y tambaleándose hacia los lados. Inmediatamente tomó un taxi para ir de urgencia a una veterinaria. Desde ahí me llamó al celular y me contó que lo veía muy raro, y colgamos. A los 5 minutos se comunicó de nuevo, esta vez llorando; Sunday había muerto en sus brazos. Al parecer la esperó durante toda esa noche de fin de año, posiblemente infernal para él, solo para poder despedirse de ella.

Soy Camilo Valencia, cantautor y activista por los derechos de los animales de todas las especies, de los pueblos originarios y del planeta. Un año después de la muerte infame de Sunday, al lado de un grupo de familias multiespecie y de celebridades colombianas (actrices y presentadoras de televisión) creamos una campaña que bautizamos #QuemarPólvoraEsMaldad. ¿Por qué la connotación de maldad? Porque a estas alturas de la historia de la humanidad quien no sea capaz de ponerse en el lugar de otro ser vivo, de ser consciente del daño que provocan las celebraciones con pólvora es una persona, además de egoísta, malévola.

Como Sunday hay miles de animales, domésticos y silvestres, que son víctimas del daño provocado por la pólvora en especial en diciembre; una época que irónicamente debería de ser para el amor, la empatía y la compasión. Animales de compañía extraviados; aves desorientadas abandonan sus nidos y se estrellan contra las ventanas; fauna silvestre padece de infartos y convulsiones. El daño se extiende a los bosques y a la calidad del aire. Los globos son responsables de graves accidentes e incendios forestales y urbanos. Adicionalmente, es una fuente de estrés agudo para personas con trastornos del espectro autista y para bebés recién nacidos. Por otro lado, esta práctica, que en muchos casos es hecha con mala voluntad e intención, es responsable de cientos de quemados cada año. Según el Instituto Nacional de Salud en diciembre de 2020 se reportaron 538 casos de personas lesionadas por pólvora, de los cuales 187 fueron menores de edad. La pólvora no tiene en cuenta la edad, condición social o bandera política; la pólvora nos afecta a todos (as) en Colombia y en el mundo. Aunque las cifras disminuyeron en 2019, el problema sigue siendo grave y esta práctica oscura y mal intencionada no cesa. 

A pesar del peligro inminente que representa la pólvora, las campañas lideradas por las autoridades e instituciones gubernamentales siempre son lanzadas a última hora, cuando ya es demasiado tarde. De hecho, durante la alborada de este 1 de diciembre de 2021 se reportaron 1400 llamadas a emergencias en Medellín por la quema de pólvora y otros disturbios ocasionados a raíz de esta.

Es hora de que el Estado tome medidas radicales y acciones contundentes tanto a nivel práctico como legislativo, para garantizar no solo la seguridad de las personas, de los animales y del medio ambiente, sino también para proteger la salud mental y el espíritu navideño de las familias que se sienten solas y abandonadas por las autoridades cuando llegan estas festividades. De ninguna forma es justo que una persona deba renunciar a disfrutar de esta época sagrada por temor a una tragedia que afecte a sus animales de compañía.

#QuemarPólvoraEsMaldad es un movimiento que busca, a través de la inclusión y el empoderamiento de las familias multiespecie, ayudarles a sacudirse de la frustración que viven desde el aprisionamiento en sus hogares, producto de la mala fe de quienes celebran con pólvora. Además, creemos que esta campaña es una experiencia que ayuda en la sanación de las familias que han visto morir a sus animales de compañía como fruto de esta práctica.

Es hora de hablar de prohibición contundente y radical. ¿Qué propuesta pueden generar desde el Congreso para tramitar una ley que prohíba de forma rotunda las celebraciones con pólvora? ¿Qué le hace falta a las entidades públicas para tener el control y la autoridad en este aspecto? ¿Cómo pueden las autoridades garantizar la protección y el bienestar de los animales, del medio ambiente y de los (as) colombianos (as) en las temporadas decembrinas que comienzan con la ya muy profanada alborada?

Ayúdanos a proteger nuestro hogar. Únete a nuestra campaña con el hashtag #QuemarPólvoraEsMaldad y firma esta petición para que recibamos una respuesta de los políticos del Congreso en el portal de Osoigo. ¿Nos ayudas a frenar esta maldad? ¡Firma y comparte!