¿Defiende usted el respeto a las personas de la comunidad gay (homosexual) y el derecho al matrimonio del mismo colectivo?
Buenas tardes Jorge,
Sí, apoyo la igualdad de trato en todos los sentidos a personas homosexuales, incluyendo el matrimonio a todos los efectos, y la adopción de niños por parejas gays, es decir, sin discriminación por la orientación sexual (o sea, en condiciones idénticas a las exigidas a las parejas heterosexuales adoptantes y siempre pensando, en ambos casos, en el interés del niño). La Ley del matrimonio homosexual esta muy bien como está.
Sobre apoyar campañas para el respeto social, UPyD apoya todas las que se proponen y nos parecen bien orientadas, desde la fiesta del Orgullo Gay a campañas contra el acoso en la escuela a adolescentes homosexuales. También hemos propuesto y defendido en el Congreso y en las demás instituciones donde estamos esta clase de medidas de concienciación, nos parecen muy importantes. Y hemos llevado al Congreso y al Parlamento Europeo que se exija a los países donde hay políticas homófobas oficiales, como Rusia, el fin de tales políticas para establecer acuerdos de cualquier tipo con la Unión Europea.
Nos parece que son políticas elementales de mejora de la democracia, porque es evidente que la naturaleza y orientación sexual de las personas no puede justificar de ningún modo la discriminación más mínima a sus derechos civiles y políticos. Al revés, es vital explicar, sobre todo en la escuela, que la homosexualidad o la bisexualidad no solo son algo natural que debe aceptarse con la misma naturalidad que la heterosexualidad (al fin y al cabo, lo específico de la sexualidad humana es que hace 100.000 años que se separó de la mera reproducción para atender otras necesidades psicológicas y sociales), sino que el hacerlo enriquece extraordinariamente a la persona y a la sociedad que lo hace, pues potencia las imprescindibles virtudes cívicas de la tolerancia, la comprensión de la diversidad, y la apertura al otro y a otros mundos, mundos que podemos compartir o no pero sí ver con simpatía y comprensión. Por no olvidar que apoyar a las personas discriminadas y perseguidas por ser como son, o por vivir libremente sin hacer daño a nadie, es deber moral de toda persona libre.
Es decir, no solo hay que "aceptar" la homosexualidad sino que, digamos -este es mi punto de vista-, hay que alegrarse de que exista, porque eso amplía la diversidad y pluralidad de la naturaleza humana y, por tanto, nos hace más humanos libres y menos "animales programados". Debemos cultivar la amistad y el trabajo con personas homosexuales (y viceversa), exactamente igual que con heterosexuales (y viceversa). Como decía Bakunin, con quien no suelo coincidir mucho, "la libertad del otro amplía la mía hasta el infinito". De manera que cuanta más libertad sexual responsable consigamos en la sociedad y en cada cual, como libertad de cualquier otra clase, más libres seremos todos, e incluso más felices. Como decía Spinoza, la felicidad propia y ajena nos hace mejores personas, no peores. Creo que este es el modo de enfocar la cuestión desde una ética de la libertad, que es la que me interesa.
Además, en España hemos conseguido una revolución de las costumbres con escasos precedentes, si los hay, en lo que se refiere a asunción de la libertad sexual. Cuando yo era un niño, hace más de 40 años en la España del último franquismo, "maricón" era todavía un insulto grave, un estigma infamante de un vicio depravado o, en el mejor de los casos, una enfermedad mental (incluso servía para la exención de la mili). Comenzaba a haber activistas de los derechos homosexuales, pero eran una minoría poco reconocida. Incluso la izquierda radical rechazaba la homosexualidad como una tara vergonzosa: el poeta Pere Gimferrer fue rechazado por el PCE por homosexual, y cuando visité Cuba en 1978 me explicaron que el castrismo no perseguía a los gays, "sólo" les encarcelaba si "pervertían a los jóvenes" o tenían SIDA...
Sin embargo, y a pesar de la tradición anterior, en pocos años -es un fenómeno que reclama un estudio de cómo pasó- España pasó de ser una sociedad homófoba a tolerante, y pronto solidaria y predispuesta a instituir la igualdad y erradicar la discriminación legal de la homosexualidad. Según las estadísticas, hoy somos el país menos homófobo de Europa y uno de los menos del mundo. No importa tanto hasta qué punto la gente sea sincera en esas encuestas o "políticamente correcta": es una gran cosa que la homofobia "no se lleve" fuera de reductos ultras y fundamentalistas. Un gran progreso democrático (¡ojalá fuera igual con la corrupción!). En definitiva: la homosexualidad es tan propia de la naturaleza humana como la heterosexualidad, así que atacarla por lo que es, es atacar a la humanidad. Así lo veo yo.
Mi partido, UPyD, ya nació en esa España contraria a la homofobia, y se nota mucho en la gran proporción de gays afiliados activos que tenemos a todos los niveles; muchos son también activistas gays, como es natural. Eso ha conducido a que UPyD ni siquiera haya tenido que discutir si tener un "programa gay": la igualdad la vivimos naturalmente, y los numerosos gays upeyderos ni son un loby interno, ni una cuota para quedar bien con la "progresía", sino una parte natural e imprescindible de nuestro partido, como todo el mundo. Creo que es algo a reseñar porque es un adelanto de lo que pasará en el futuro en todas partes, si la democracia resiste los ataques cada vez mayores que recibe desde el fundamentalismo, el populismo y la corrupción.
Un cordial saludo,
Carlos Martínez Gorriarán
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¿Cuál es la posicion de UPYD respecto a la comunidad homosexual? ¿Garantizan el respeto y la proteccion a los gays y lesbianas? ¿Están de acuerdo con la ley del matrimonio homosexual? ¿Llevarían a cabo políticas de concienciación para la ciudadania? ¿Y la lucha contra la homofobia?
Muchas gracias.