Ciudadanos, el "Podemos" del PP o la Operación Roca II
Hola Luis,
sí, a mí también me parece evidente -¿y a quién no?- que hay una increíble campaña mediática de promoción de Ciudadanos o mejor de su líder, Albert Rivera, pues la verdad es que el partido prácticamente se reduce a él. ¿Alguien sabe con quién se puede habar en C’s de educación, sanidad, empleo, medio ambiente, defensa, justicia o cualquier otro tema sustancial? No, solo hay fraseo sobre la “tercera vía”, “la tercera España” o la “necesidad de sumar”, aunque no se sepa qué.
Eso sí, con gran éxito mediático. La falta de contenido le ha permitido a C’s todo tipo de aventuras políticas, como la integración en la alianza ultraderechista Libertas en las elecciones europeas de 2009. Y también es innegable que Ciutadans-Ciudadanos prácticamente era inexistente fuera de Cataluña, de su Parlamento y de sus medios de comunicación casi desde su primera y potente aparición en escena, seguida muy pronto de una seria crisis interna. ¿A qué viene pues esta fulgurante expansión, se pregunta cada vez más gente, y quién la está moviendo?
Coincido también en que lo de Ciudadanos es una interesante repetición del lanzamiento de Podemos hace unos meses. En ambos casos, los grandes medios de comunicación de masas, y especialmente las dos empresas del duopolio televisivo (creación de Rodríguez Zapatero), han dedicado una cantidad de horas sin precedentes, en "prime time", a la descarada promoción de un partido político nuevo o resucitado (Podemos sí era un partido nuevo en 2014, mientras que C's existe desde 2005). La excusa de que atraía mucha audiencia no es muy buena: según eso, esos medios también podrían haber promocionado a la Presidencia del Gobierno a Belén Esteban u otras figuras del espectáculo televisivo. El éxito de público también habría estado garantizado.
Las afinidades de Ciudadanos y Podemos
Por lo demás, ambos partidos tienen más afinidades de lo que pueda parecer a primera vista: son partidos muy identificados con la imagen de un líder presentado como "carismático" (una palabra muy devaluada desde que Max Weber la aplicara al liderazgo político), en especial Ciudadanos: casi nadie sería capaz de nombrar a otro líder o dirigente aparte de Albert Rivera, carente de sus propios Errejón, Monedero o Tania, sea por cálculo o por casualidad. Y ambos son populistas de manual que adaptan su mensaje político a lo que desea oír su público, modificando a su satisfacción un programa reducido a una colección de consignas maleables e intercambiables. Por ejemplo, Ciudadanos eliminó de su programa para Andalucía, después de publicarlo, un párrafo sobre lo de repartir cañas para que los andaluces aprendieran a pescar cuando vieron que esa paternalista imagen había ofendido, y con razón, a muchos andaluces tratados como mendigos.
En resumen, Podemos representa el populismo izquierdista que viene a competir y llenar el hueco que abre la decadencia del PSOE e IU, y Ciudadanos es el populismo de derechas llamado a recoger la gran caída en intención de voto del PP. Son operaciones políticas promocionadas como alternativas al bipartidismo clásico PP-PSOE, quizás como adecuado complemento para un cuatripartito. El que no tiene sitio en este esquema es UPyD, porque ni es populista ni forma parte de los viejos partidos, pero dejo esto para más adelante.
Bricolage político-mediático
Ciudadanos ha sido sin duda muy útil como plataforma a disposición para construir a toda velocidad, con muchas horas de televisión, radio y portadas de periódico, una alternativa del llamado "centro-derecha" al peligroso vacío dejado por el encogimiento del PP consecuencia de la pérdida masiva de votos por su desastrosa gestión de la crisis y su corrupción galopante.
Ser una alternativa populista al PP significa, sencillamente, tener un estilo diferente al de los populares, encarnado en caras diferentes -la del ubicuo Albert Rivera a falta de más variedad- pero no en una oferta política muy diferente. En efecto, las declaraciones de Albert Rivera, y el programa económico superficial encargado a economistas mediáticos (Luis Garicano y Manuel Conthe) tras resultar incapaces de elaborar uno en sus diez años de historia, acaban convergiendo tarde o temprano con las ideas más familiares para el electorado del PP: economía del subsidio a las empresas; aceptación del Estado de las Autonomías, con su caos competencial, y de los privilegios fiscales vascos y navarro; petición de una financiación especial para Cataluña; rechazo de la sanidad universal... y sobre todo prudente silencio sobre los tres cánceres político-económicos de España: la corrupción, el saqueo de las instituciones y el capitalismo de amiguetes.
En sus nueve años de parlamentario catalán, Albert Rivera y su partido no han presentado ni una iniciativa contra estos problemas, ni para esclarecer la ruina de las Cajas de Ahorro y la estafa de las preferentes, particularmente graves en Cataluña. Ni tampoco proyecto alguno de Contrato Único Indefinido o de Ley de Segunda Oportunidad, medidas estrellas de su oferta actual ya presentadas por muchos otros partidos de mayor solvencia legislativa, especialmente por UPyD. Ciudadanos es, además, el partido más opaco de España, con su 3sobre 10 amablemente concedido por Transparencia Internacional.
Ciudadanos favoritos
El establishment o casta responsable de la ruina de España, sea por acción u omisión, tiene razones para pensar que Ciudadanos es su partido de confianza: a diferencia de UPyD y sus 26 querellas en marcha por el saqueo de las Cajas y otras tramas corruptas, nunca acude a los tribunales ni impone en el Parlamento discusiones que no interesan.
Su actitud ante la corrupción o el fraude fiscal es tan condescendiente que Albert Rivera no ha tenido empacho en crecer a base de sumar pequeñas formaciones regionales y locales con imputados e intenso historial de corrupción, como la de su candidato por Andalucía, el teniente de alcalde de Sanlúcar de Barrameda Juan Marín por Ciudadanos Portuenses, partido que ha sostenido 12 años en el poder a un alcalde con más de una veintena de causas judiciales, y que cuenta entre sus filas con ex concejales del PP imputados por prevaricación. Ni para promocionar a un dirigente de C´s acusado de fraude fiscal, Jordi Cañas, a un dorado retiro en el Parlamento Europeo como asistente de su delegación.
Hay que reconocer que la operación ha estado bien diseñada, y sobre todo engrasada con mucho dinero y atenciones mediáticas sin precedentes. No creo exagerar si digo que en sus siete años de historia y trabajo UPyD no ha recibido ni el 3% de atención mediática que el dedicado a C´s desde noviembre de 2014, excepto cuando se trata de sostener una doble afirmación completamente falsa: que somos lo mismo, cuando precisamente se promociona a C's y se trata de hundir a UPyD por ser dos partidos radicalmente diferentes en su conducta política, y que UPyD se negó a cualquier tipo de acuerdo con C's cuando les ofrecimos uno en el Parlamento Europeo, que no han querido, y fueron ellos los que se levantaron de la mesa de conversaciones.
La dirección de importantes empresas de comunicación han decidido asumir una línea editorial favorable a la fusión C's-UPyD, en realidad una OPA hostil, o a la expulsión de UPyD del tablero de juego. Rodrigo Rato, uno de los intocables de la casta dirigente, tiene poderosos amigos y socios, y UPyD le ha llevado a las puertas de la cárcel. Imperdonable. Más cuando se trata no de sustituir el caduco bipartidismo PP-PSOE por una democracia avanzada y pluripartidista (al estilo de las del norte de Europa), sino de encontrar recambio o muleta para completar las mayorías del PP y en su caso del PSOE, si consigue resistir el ascenso de Podemos.
Operación Roca II
Estas operaciones son habituales en política, y más en periodos de crisis tan profunda como la que vivimos. Pero una cosa es planearlas y ponerlas en marcha, y otra cosa es que funcione como se quería. La irresistible ascensión mediática de Albert Rivera tiene un famoso precedente, la Operación Roca, que pretendía rellenar el hueco centrista dejado por la UCD, tras una operación político-mediático-financiera, de gran éxito, para expulsar de la política a Adolfo Suárez. Se trataba de una plataforma política lanzada desde Barcelona y mimada por los medios de Madrid y el dinero de ambas capitales. La supuesta "moderación de centro reformista" y el anzuelo de una posible solución a los atávicos problemas del "encaje catalán" eran sus méritos principales. Como ahora. Pero pese al dineral B gastado en aquella "Operación Reformista" sui géneris, el día de las elecciones apenas les voto nadie, cuando muchos medios los presentaban como el partido revelación.
¿Saben? No me extrañaría que estuviéramos asistiendo de nuevo a una Operación Roca II, tramada en Barcelona y Madrid, con un chico telegénico y dicharachero, pero sin otra habilidad política conocida además de la autopromoción en tertulias y entrevistas sin apenas contradictores, llamado Albert Rivera... Un "líder carismático" que tendría serios problemas para superar un auténtico debate con políticos, periodistas o expertos conocedores de los problemas actuales.
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No hace mucho que varios políticos y personajes públicos se quejaron por que los medios de comunicación daban mucha cobertura a Podemos. Sin embargo, me da la impresión de que en los últimos meses está ocurriendo lo mismo de manera incluso más evidente con Ciudadanos, mientras UPyD queda al margen. Todos los días hay referencias a Ciudadanos en las páginas principales de los medios digitales, y Alberto Rivera ha acudido a varios programas de televisión como el Hormiguero, sin que a priori estuviese justificado.
¿Cómo vive desde UPyD esa campaña a favor de Ciudadanos?