Hola Manu, hay que distinguir dos cosas: el fútbol deporte, y el tinglado montado en torno a la popularidad del fútbol deporte. No son lo mismo, aunque el segundo viva del primero.

Del deporte del fútbol no tengo nada que opinar porque pertenezco a la exigua minoría que no está interesada. Aparte de dar patadas al balón en el recreo como todos los escolares, no habré visto más de cinco partidos en mi vida: no disfruto con los deportes, qué le vamos a hacer, y el fútbol me aburre. Pero, por supuesto, no me molesta nada que la mayoria disfrute mucho con el fútbol, incluyendo amigos muy inteligentes a los que admiro, y vivan con pasión las finales y demás espectáculos. Pero me parece cargante y pesadísimo el bombardeo sobre el tema en los medios de comunicación. Un bombardeo que no es inocente, y aquí entra la relación opaca entre fútbol, negocios turbios, política y medios de comunicación.

Es evidente que a los clubs de fútbol se les permite incumplir la legalidad. Amontonan impagos a Haciena, Seguridad Social y jugadores y empleados, reciben cuantiosas subvenciones ilegales, y son empleados como plataformas para hacerse populares por tipos que aprovechan esa popularidad para enriquecerse en la especulación inmobiliaria o hacer amistades políticas con las que medrar, si logran presidir grandes clubs (eso que llaman "capitalismo del Palco del Bernabeu"). Además, muchos clubs de fútbol desempeñan un papel político fundamental como encarnación simbólica de diferentes prejuicios nacionalistas, como el Barça o los clubs vascos (hay un blog que sigue esta faceta del asunto: http://futbolynacionalismo.blogspot.com.es/) Los clubs son auténticas plataformas de promoción política y de negocios turbios. Berlusconi, por ejemplo, debe mucho al fútbol, aunque no creo que el deporte le deba nada a él.

Respecto a si no hacemos nada, pues sí que hacemos. Aquí tiene una brillante intervención de mi compañero Toni Cantó sobre las deudas del fútbol: http://www.youtube.com/watch?v=VUinzM6DLR8. Hemos hecho más cosas, como preguntas al Gobierno, incluyendo al vasco, y muchas más iniciativas, para que también los clubs y las administraciones que les protegen cumplan la ley, iniciativas que los medios de comunicación ignoran a conciencia. El fútbol es uno de los últimos negocios rentables de los medios tradicionales, y no toleran que nadie señale los aspectos oscuros de ese mundo. Los demás partidos consideran que estamos locos, claro está: cuestionar a los clubs de fútbol es un tema tabú. Pero todos los tabúes caen tarde o temprano, y este también caerá. Es una pena que el deporte del fútbol, con el que disfrutan millones de personas decentes, sirva de pantalla para turbios intereses o sea escuela de embrutecimiento, y es algo que también debemos regenerar. No hay ninguna razón para permitir a un club de fútbol ilegalidades que llevarían a una empresa o sociedad a un cierre fulminante e incluso al banquillo de un juzgado.