Mi nombre es Carlos Torres, tengo 30 años, vivo en Talca y después de diez años de controles médicos, me dieron el alta del cáncer con el que estuve luchando.

En el año 2011 me acerqué a un Cesfam por un fuerte dolor estomacal, yo lo describía como si me estuvieran atravesando el estómago con una lanza. En esa ocasión me dieron unas pastillas porque se supone que me había caído mal algo que comí.

El dolor seguía, continué insistiendo en el sistema de salud pública en donde no tuve una atención rápida ni oportuna, por lo que fui a una clínica donde me hicieron una ecotomografía que reveló que tenía un tumor de 10 centímetros en un ganglio linfático del abdomen. Cuando el doctor me dijo que tenía cáncer se me cayó el mundo a pedazos. Le pregunté ¿cuánto voy a vivir? pero no había respuesta, era relativo porque cada cáncer es diferente.

Tomé fuerzas y comencé el tratamiento, me sometí a dos operaciones, posteriormente a quimioterapias y de a poco fui saliendo adelante. Traté de siempre pensar positivo y hacer cosas que me distrajeran y alegraran el día a día, conjuntamente distraía y daba ánimo a mis pares en la sala de hospitalización. Creo que la mentalidad es un factor muy importante en cualquier enfermedad, como también la fe, y en mi caso fue fundamental para la recuperación el mantenerme positivo y no enfocarme en la enfermedad, no darle lugar.

A partir de mi experiencia y las de los pacientes que conocí, me di cuenta que uno de los grandes problemas es el tiempo que demora el proceso de detección de la enfermedad, ya que cuando la persona va con los síntomas iniciales, es lento el procedimiento hasta dar con el diagnóstico y partir el tratamiento, tiempo que es muy valioso en estos casos. Además, el sistema de controles médicos es muy tedioso, ya que te “pelotean” y cambian constantemente las horas agendadas, cuesta que se agilicen las interconsultas, muchas veces ingresan a los pacientes a listas de espera interminables, además no existe un apoyo real a los pacientes y familiares en términos de ayuda psicológica, monetaria y multidisciplinaria para afrontar esta enfermedad, sobre todo en casos de pacientes niños, familias de bajos recursos y enfermedad terminal.

Es por esto que me dirijo a los diputados de la Cámara, para preguntarles qué medidas proponen para que, en la salud pública, el proceso de detección del cáncer e inicio del tratamiento sea más rápido, y que el sistema de controles médicos sea más eficiente.

Para lograrlo necesito el apoyo de todas y todos ustedes, ya que, si conseguimos 400 apoyos, esta pregunta llegará a los parlamentarios de la Cámara de Diputados, quienes nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web.