Pregunta para Parlamento de Catalunya

¿Por qué no se hace un mayor seguimiento de la salud mental de los menores adoptados? Hay heridas que las familias desconocen cómo gestionar y que provocan mucho sufrimiento llegada la adolescencia

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Carmen Jiménez Pregunta de Carmen Jiménez

Soy madre de dos jóvenes estupendos que me tienen enamorada, no paro de aprender de ellos y de divertirme con sus ocurrencias. Adopciones, en nuestro caso internacionales, que nos han cambiado la vida. Un viaje que todavía continúa y en el que se han planteado preguntas y asuntos delicados que hemos tenido que saber cómo abordar.

“¿Sois vosotros mis verdaderos padres?”, “¿por qué me has adoptado?”, “¿es que no podías tener hijos de barriga?”, “¿soy como me esperabas?”, “¿cuándo nací?”, “¿por qué me dieron mis padres?”, “¿quién me cuidó cuando era pequeño?”, “¿quién es mi familia biológica?”...
 

Para que se produzca una adopción, antes tiene que haber un abandono, y eso duele, es una herida abierta que sienten al considerarse rechazados sin haber hecho nada malo. No saben qué sucedió, y probablemente tengan interés en conocer más, buscar su propia identidad. Por eso hay que saber cómo abordar esas heridas y proporcionarles el tiempo que necesiten para procesar su propia experiencia.

He aquí la importancia de la orientación por parte de un profesional competente, una persona que tenga la suficiente capacidad para tratar temas específicos relacionados con la adopción, porque si se llega a la adolescencia con una adopción no bien gestionada, es cuando se complica la convivencia y se corre el riesgo de una ruptura dolorosa. Es una etapa de la vida en la que los hij@s suelen interesarse, con más fuerza que nunca, por la búsqueda de orígenes. Desde su yo interior (preguntas sin respuesta, dudas, suposiciones e hipótesis) hasta encontrar información y contactos sobre su familia biológica.

Para que la relación de adopción se mantenga estable en el tiempo y se forje una familia unida, lo ideal es que se establezca una alianza entre adoptados, adoptantes e intervención profesional, para anticiparse a los factores de riesgo de una posible ruptura.

Los niñ@s de adopciones internacionales, no son menores completamente sanos, conviven con alguna patología, y pueden estar bien diagnosticados o no, por lo que siempre se informa a los adoptantes de lo que puede llegar a pasar, y aunque te ponen en el peor de los casos, la ilusión de ser padres se antepone a lo que luego será la realidad.

Por esta falta previa de preparación, hay muchas familias que llegados sus hij@s a la adolescencia, ésta les sobrepasa. Pueden haber rodeado a ese niñ@ de mucho amor, bienestar y estabilidad, pero llegado el momento, éste tendrá unas necesidades sobre su identidad que deben ser abordadas sin secretos, con confianza y comunicación. De ahí la importancia de estar acompañado de ayuda profesional eficaz, para no frustrase en esos momentos y querer tirara la toalla si nos sobrepasa la situación.

Un niñ@ adoptado ya ha tenido padres y puede tener recuerdos buenos y malos, traumas e inseguridades.

Para que esta etapa de cuestionamientos no se convierta en una complicada situación familiar, todos deberíamos ser guiados por profesionales conocedores del mundo de la adopción. Mantengamos esa ilusión con la que buscamos a nuestros retoños para formar nuestra familia, un equipo unido llena de valores, afecto y amor incondicional tanto en los buenos como en los malos momentos.

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