Me llamo Carolina y desde hace más de diez años vivo en un pueblo cerca de Segovia, donde sufrí acoso de forma constante durante toda mi  adolescencia. Cuando llegué a España tenía 13 años y comencé en el instituto de mi pueblo. Un día fuimos toda la clase a ver una obra de teatro ,todo fue bien hasta que salimos de ella. Uno de mis compañeros me tocó sin mi consentimiento. En ese momento, estaba muy asustada y mi reacción fue gritarle a él y a los otros chicos con los que iba acompañando. Mi profesora, que iba un poco más adelante, me escuchó  e intervino enseguida. Ese  día se lo comunicó a la directora y le pusieron al chico un pequeño "castigo”. Ahí yo no era consciente de las consecuencias que iba a tener ese castigo para mí..

Otro día se juntó con otros chicos que eran sus amigos y empezaron a acosarme gritándome "asquerosa" "extranjera de mierda". Poco a poco fue aumentando la cosa. Me tiraban papeles, chicles, comida y se reían de mí constantemente. Yo aguantaba como podía, pero cada vez era más duro. 

Mis profesores empezaron a mirar hacia otro lado y nunca más hicieron nada al respecto. Lo sufría tanto dentro como fuera de clase. Cuando salía por mi pueblo, ellos pasaban por mi lado insultándome. En las piscinas siempre se empezaban a reír de mí, haciéndome sentir muy mal. Susurraban cosas de mi cuerpo y repetían siempre que les daba mucho asco.

Al curso siguiente teníamos que ir hasta otro pueblo para ir al instituto. Lo que provocó que los viajes en autobús se volvieran también un verdadero infierno para mí. Hablé con la trabajadora social del instituto y con mis profesores y la única respuesta que obtuve fue que ellos no podían hacer nada al respecto. No hacía vida como cualquier otra niña.  No podía estudiar como las demás ,no podía hablar, me daba miedo salir a la pizarra, me daba miedo exponerme en general. Muchos de mis profesores no lo entendían, y fue entonces cuando empecé a lidiar también con su incomprensión.

Me sentía muy mal y psicológicamente, me afectó muchísimo porque empecé a sentirme muy sola.  Así estuve viviendo 4 años, prácticamente toda mi adolescencia, encerrada en casa, con miedo de salir a la calle. 

Actualmente, voy a terapia y estoy tratando de superar todas las inseguridades que me causó el acoso recibido cuando era una adolescente. Me gustaría pensar que se va a hacer algo para parar todos los casos de acoso a niñas que suceden a diario en España. También quiero destacar la importancia de ir a terapia para superar todo el daño que causan estos episodios, que pueden acabar en tragedia si no se paran a tiempo.