Mi nombre es Carolina y soy la madre de Cloe, una niña transgénero de 9 años. Desde muy pequeña, Cloe era modelo, hacía teatro y audiciones y era muy perspicaz. Poco a poco empezó a tener cierto interés por las cosas de “niña”, pero fue algo a lo que no le dimos importancia. Al igual que las niñas pueden jugar a futbol o coches, los niños son libres de tener gustos que siempre han sido considerados como “de chicas”. 

Las cosas empezaron a complicarse en el colegio y, cuando ella tenía 6 años, un día me dijo que creía que era una niña. Yo intenté hacerla reflexionar, pero veía el sufrimiento en ella: me decía que lo que veía en el espejo no se correspondía a lo que ella sabía que era en realidad, y que deseaba morir para convertirse en niña. Un día se puso un vestido por la calle y notamos un alivio en ella, un brillo en los ojos que como madre sabes detectar. 

No fue fácil para nosotros asimilar que tu hijo es una niña, los padres pasamos por un duelo y comunicarlo a la familia y el entorno es un proceso muy complejo. Pero nos dijimos que si la felicidad de nuestra hija era tan simple como dejarle ser quien ella realmente era ¿por qué debíamos de impedirselo? 

Con 7 años, Cloe se enfrentó a un proceso legal para poder cambiarse el nombre. Se plantó delante de un juez para poder hacerlo, estando sola y siendo interrogada, pero al final lo conseguimos. En su DNI sigue apareciendo el sexo “M” (de masculino) pero yo le digo que es “M” de mujer. 

Para que Cloe pueda cambiar de sexo, debe de ir al médico para poder acreditarlo "mediante un informe de médico o psicólogo clínico" lo que hace que ella pueda pensar que se trata de una patología cuando no es así. También se debe de pasar por un proceso de hormonación de 2 años para poder optar a ello, con las consecuencias que ello conlleva y teniendo en cuenta que cada cuerpo es distinto y puede necesitar más o menos tiempo.

Como padres de una niña trans, seguimos en proceso de adaptación y asimilación. Por supuesto son muchas cosas las que nos preocupan, como que Cloe tenga igualdad de oportunidades en educación y el mundo laboral, y que se erradiquen todos los prejuicios y estigmas en la sociedad. Es un proceso complejo para toda la familia, y a veces sentimos que no contamos con el suficiente apoyo social. 

Considero que es esencial que en las escuelas se eduque para concienciar y naturalizar la diversidad de sexualidades que existen, además de educar en identidad de género. También considero importante lanzar campañas de visibilización para lograr cambiar las consciencias de la gente. No se trata de dar visibilidad solamente a la semana del orgullo, sino que sea algo constante.

Sin embargo, como madre de Cloe creo que debería de haber una Ley Integral Trans que tenga en cuenta todas las realidades trans, incluida la infancia, con un acceso a la autodefinición y una despatologización de la transexualidad. También considero que se deberían de reconocer por el sexo del que son sin necesidad de pasar por un proceso de hormonación de 2 años, que puede provocar consecuencias en su salud. 

Por este motivo, me dirijo al Congreso de los Diputados para que finalmente se apruebe una Ley Integral Trans que también ampare a los menores de 16 años, con un acceso a la autodefinición sin tener que pasar por un calvario legal y a la protección integral de todos sus derechos.