Buenos días,

La denegación de apertura de expediente de segregación de la pedanía de El Palmar ya se debatió en Pleno del Ayuntamiento de Murcia. 

El motivo de esa denegación es la no concurrencia de los requisitos previos para abrir expediente de segregación. 

Dichos requisitos son, entre otros, que si la segregación es parcial, ésta puede ser promovida por la mayoría de los vecinos de la parte que vaya a segregarse. Para ello es necesario que se acredite, mediante la presentación de firmas avalistas, cumplir esa mitad más uno. La autoridad que certifica la validez de las firmas y acredita el cumplimiento del requisito es el Secretario del Ayuntamiento correspondiente. 

La denegación nació a raíz del incumplimiento de este requisito.

Al margen de los aspectos formales del procedimiento, el punto de fondo es la de la conveniencia o no del proceso segregador desde el punto de vista político, o lo que es lo mismo: social, económico, y culturalmente. 

En ese caso, la postura de nuestro partido es claramente de oposición (aunque deseamos que se debata en profundidad y donde corresponde). 

En primer lugar porque el centro de la cuestión es la necesidad de mejorar las condiciones de los vecinos de El Palmar. 

Esa mejora de condiciones no pasa por disponer de un nuevo consistorio duplicando servicios y gastos.  Sino que pasa por una mayor atención y mejora de la prestación de servicios que les ofrece el Ayuntamiento. 

En segundo lugar, no consideramos conveniente la segregación porque nuestro país debe encaminarse a un proceso de fusión de la gestión municipal que permita la reducción de administración y burocracia, (y no hacia la multiplicación de las mismas) en aras de un gestión más eficiente, menos costosa, y de mejor servicio a la ciudadanía. 

En ese sentido nuestro país constituye la excepción en la Europa occidental, donde a lo largo del siglo XX se han producido importantes y en algunos casos radicales procesos de reducción de ayuntamientos y fusión de municipios (que no de pueblos), mientras que España mantiene intacto un mapa municipal decimonónico y con estructura parroquial.

El Ayuntamiento de Murcia, como todos los demás, debe atender al evidente desequilibrio entre ciudad y pedanías, evitando la situación existente con una capital mimada y con fuertes inversiones económicas y políticas, y unas pedanías ‘hermanas pobres’ que en algunos casos imaginan como salvador al proceso segregador. 

Si esa atención y gestión se llevase a cabo de forma adecuada, además de ser lo justo, se disiparían legítimas aspiraciones de independencia, no por acatamiento, sino por propio convencimiento.