Pregunta para Parlamento de Catalunya
La discapacidad no debería de ser sinónimo de limitación, pero debemos de seguir trabajando como sociedad. ¿Qué medidas implementarán para conseguir que las personas capacidades diversas puedan tener una vida lo más autónoma posible?
Mi nombre es Cristina Arroyo y resido en Barberá del Vallés, Barcelona. Desde hace más de 16 años soy jugadora de hockey en silla de ruedas eléctrica y en la actualidad presidenta del ADB Barberá y responsable de la Comisión de Mujer y Deporte de la FEDDF.
Siendo una persona con movilidad reducida debido a una enfermedad neuromuscular, intento trabajar y fomentar mi día a día para conseguir que las personas que se encuentren en mi misma situación, encuentren un lugar en esta sociedad en ocasiones, llena de prejuicios. En el deporte, encontré una herramienta fundamental que me aporta compañerismo, trabajo en equipo, responsabilidad, disciplina, salud física y emocional y en resumen, compartir con personas situaciones muy similares a las mías.
Aun así, la sociedad en ocasiones, causa rechazo a todo aquello “que no es lo normal”. Pero me pregunto, ¿qué es lo normal? ¿Aquellos cánones que marca la sociedad y que todo lo que salga de eso ya es raro? Yo en mi día a día, me siento una afortunada. He podido estudiar en colegios ordinarios, actualmente trabajo desde hace 20 años como administrativa, mis relaciones personales son totalmente plenas con personas con y sin discapacidad, pero he de reconocer que en ocasiones mi autonomía se ve limitada por las ya conocidas “barreras arquitectónicas”.
En primer lugar, la accesibilidad es un lastre que arrastramos en nuestro día a día. Siempre tenemos que estar pendientes de si un restaurante es accesible para ir a cenar, una sala de conciertos, o en ocasiones, coger el transporte público puede ser una odisea.
En mi caso, necesito ayuda de tercera persona para las tareas más fundamentales de mi día a día. Levantarme, ducharme, vestirme, etc. He tenido que adaptar mi día a día a mis necesidades. Ahora mismo todas ellas, están cubiertas por mi persona asistente, que en este caso es mi madre, pero he de reconocer que me generan muchas dudas el pensar el día que esa persona no esté. ¿Cómo cubriré mis necesidades?,¿podré cubrir económicamente el contratar a una persona asistente que cubra mi día a día? De momento son preguntas sin respuestas, pero lo que sí tengo claro, es que quiero seguir siendo una persona autónoma en mi día a día.
Considero que hay que construir una sociedad más inclusiva, en la que toda la diversidad tenga cabida en esta sociedad. Para ello, hay que empezar a trabajar desde la educación. Hay que educar desde la base y concienciar a las personas que la diversidad existe. Que yo voy en silla de ruedas, otros llevan gafas, otros más altos, gordos, delgados, bajitos, en fin…. DIVERSIDAD.
Queremos llevar una vida lo más autónoma posible, independiente, asumiendo nuestras necesidades, pero sin esa incertidumbre de como poder asumir nuestro futuro. Para eso, necesitamos que las administraciones generen oportunidades, oportunidades para toda la ciudadanía.