Pregunta para Congreso de los diputados
Soy Cristina Maró, ¿se destinarán más fondos a la investigación de la esclerosis múltiple?
Hola, me llamo Cristina Maró y, tras interpretar muchos personajes diferentes a lo largo de mi carrera artística, hoy me vuelvo a introducir en mi propia piel para narrar mi propia historia, la de una persona que padece esclerosis múltiple.
Se podría decir que mi primera toma de contacto con la enfermedad sucedió cuando tenía 15 años, en el momento en el que me dio una parálisis facial. Sin embargo, a pesar de notar diferentes síntomas, no me la diagnosticaron hasta los 35 años.
Tuve una adolescencia normal, crecí, maduré, desarrollé mi carrera artística y mi espíritu aventurero me llevó a asentarme, tras trotar un poco por el mundo, en Dubái. Con una vida hecha allí, llegaría el último brote de esta patología y, con él, el diagnóstico de esclerosis.
Como todos los veranos, volví a España a pasar esa época junto a mi familia y amigos y, debido al brote, decidí acudir al médico, quien definitivamente le otorgó un nombre al conjunto de síntomas que llevaba padeciendo y haciendo caso omiso desde hacía 20 años.
A pesar de que nada había cambiado realmente, hasta que no recibí el diagnóstico no fui consciente que estaba enferma, incluso sabiendo que ésta ya me había dejado secuelas irreversibles.
A raíz de mis nuevas circunstancias mi vida dio un giro de 180 grados: dejé mi vida en Dubái y me volví a España. Comencé a estudiar realización por si en algún momento mi patología me impedía volver a subirme a un escenario, monté mi propia productora y, sobre todo, aprendí a relativizar mi realidad. Sonará raro, pero la enfermedad me ha traído cosas bastante buenas: he aprendido a disfrutar cada minuto, a no estresarme por pequeños inconvenientes en mi camino y he dado pasos que me han traído a un presente que me hace feliz. En definitiva, mi perspectiva hacia la vida ha cambiado.
Sin embargo, soy plenamente consciente de la necesidad que tienen los pacientes de esclerosis múltiple y cualquier enfermedad crónica de encontrar un oído amigo en la sociedad, de no verse relegados a enfermos invisibles y de que la sociedad comprenda el dolor que sufren todos los días y de las limitaciones reales que puede acarrear esta dolencia a las personas que la padecen.
Por ello, me gustaría hacer un llamamiento: quisiera animar a la gente a visibilizar la esclerosis múltiple y, además, pedir que se destinen más fondos para la investigación de esta patología para que, en el futuro, aquellos que la sufren no tengan que acostumbrarse a vivir cada día con dolor. ¡Apoyadnos! Juntos somos más fuertes.