¿Por qué no se pone más atención en las etapas de Educación Infantil y Educación Primaria formando al alumnado en el respeto, la diversidad y la educación emocional?
Me llamo D.C.C y soy maestra de Educación Primaria. Estoy con un grupo de 5º de Primaria, los mismos con los que estuve el año pasado en 4º y estoy muy contenta. Lanzo esta campaña para tratar de cambiar las cosas y que las niñas y los niños puedan crecen con protección, desarrollando su educación emocional y en la diversidad.
Cuando tenía 9 años sufrí un episodio de agresión sexual, no es algo que me haya impedido llevar una vida con normalidad, pero a día de hoy todavía recuerdo la ropa que llevaba puesta, la calle en la que estaba y cómo reaccionamos mis padres y yo cuando subí a casa corriendo y gritando. Fue una agresión a una niña de 9 años por parte de un chico más mayor, quizás tendría unos 17 años. Soy consciente de que hay agresiones mucho más fuertes y que van más allá, pero era una niña y no entendí por qué me estaba tocando el culo. Lo cuento con normalidad pero me da pena saber que seguirá pasando a no ser que cambien las cosas. Recuerdo hace tres años que uno de mis grupos de 6º de Primaria, me comentaron las niñas que iban por la calle y que unos hombres les dijeron cosas. No entiendo como esto puede seguir pasando, muchos años después los patrones se siguen repitiendo.
En Canarias tenemos una asignatura de 1º a 4º de Primaria que se llama ‘Emocrea’, un área muy bonita que trata temas transversales y que permite trabajar muchos aspectos con el alumnado. La pena es que únicamente se da hasta 4º. Considero que mi papel como docente es muy relevante para la sociedad, porque tengo que intentar que estos niños y niñas sean hombres y mujeres con fundamento. No se le está dando la visibilidad correcta en los ciclos de Infantil y Primaria, todo se centra en los Institutos. Es importante que esta asignatura que habla de las emociones, el respeto y muchos otros aspectos necesarios, se trabajen desde edades más tempranas y en todo el ciclo de Educación Primaria. El problema es que algunos equipos directivos o incluso las propias familias, no están de acuerdo con que se les enseñe este tipo de cosas. Hay un problema de doble moral porque por un lado, de cara a la galería dicen que adelante, peor luego no quieren tocar determinados temas. Pienso que llegamos tarde porque cuando ya son adolescentes con las hormonas revolucionadas, es tarde para actuar. Por miedo o por vergüenza no podemos dejar de tratar estos asuntos desde edades tempranas, buscando los mecanismos y las herramientas adecuadas.
El rol de las escuelas es formar a las personas que se van a encargar de la sociedad en un futuro. Creo que ponemos más el foco en los Institutos y hay que hacerlo también en Educación Infantil y en toda la Educación Primaria. Debemos hacer prevención de futuros casos de agresiones, acoso o abusos, educando en el respeto, la diversidad y la educación emocional desde la etapa de Educación Infantil.
Después de aquel episodio, recuerdo que estuve mucho tiempo sin ponerme falda. Es un ejemplo de cómo funciona el subconsciente. Yo estaba paseando al perro de mi abuela a las 4 de la tarde, donde vivo es como un pueblo en el que todos nos conocemos, no es como vivir en el centro de una gran ciudad. Yo recuerdo la sensación de no querer enseñar mi cuerpo, nadie me culpó de nada, lógicamente, pero algo se queda dentro. Quiero aprovechar para animar a las personas que puedan sufrir este tipo de agresiones, a que no se sientan cohibidas porque no es su culpa ni su responsabilidad lo que te hagan otras personas. Tiendes a culpabilizarte, yo no saqué nunca más al perro sola, adoptas conductas para auto protegerte. Piensas que aunque hayas hecho todo lo que siempre te han dicho que era lo correcto te pueden pasar cosas malas y no es justo.
Hay que darle la importancia necesaria, aunque mi caso no fue grave, hay que prestarle atención. No es justo que las niñas tengan miedo de pasear por la calle, como les ocurrió a mis alumnas, tienen que sentirse libres. Aquella fue la primera vez que me ocurrió pero no ha sido la última que alguien me ha tocado sin permiso, estoy segura de que si preguntas a otra mujer cuándo fue la primera vez que la tocaron sin permiso, los casos no terminan, esa es la tristeza y la pena que te da como mujer. Antes o después te va a pasar y vas a tener que aprender a lidiar con ello. Debemos cambiar las cosas con educación, estamos fallando y llegando tarde. 20 años después de lo que me ocurrió a mí, se siguen repitiendo los mismos patrones.