Pregunta para Eusko Legebiltzarra
Padezco un carcinoma microcíclico T4 y me queda entre uno y cinco años de vida. Mi diagnóstico fue tardío. Aunque estemos viviendo una pandemia, ¿por qué no se reajusta la gestión de los ambulatorios garantizando siempre el servicio de visitas presencial?
Me llamo Daisy y vivo en Bilbao. En 2018, cuando tenía 37 años, me diagnosticaron un cáncer de mama. Llevaba aproximadamente ocho años con quistes en el pecho, pero siempre habían sido benignos y con el tiempo se me fueron todos menos uno. Un día, después de ducharme, me miré en el espejo y vi que el quiste en cuestión había crecido muchísimo. Decidí acudir al médico, que de entrada me dijo que no tenía que preocuparme que por su aspecto no parecía malo. Yo no me quedé tranquila e insistí para que me lo miraran de nuevo. Entonces, el médico que me había atendido me derivó al hospital, donde me hicieron una biopsia. Entonces, me diagnosticaron un cáncer de mama en estadio 1. Al cabo de una semana de tener el diagnóstico, me operaron, y un mes después empecé con un tratamiento de 20 sesiones de radioterapia.
Pasó el tiempo y me recuperé, pero en enero de este año empecé a encontrarme mal. Los médicos me indicaron que padecía una bronquitis aguda. Las visitas no podían ser presenciales debido a la influencia de la Covid-19, pero mis síntomas no desaparecían. Me hicieron dos PCR que salieron negativas y, finalmente, decidí acudir a urgencias. Allí me exploraron y decidieron, simplemente, recetarme antibióticos y darme la baja laboral para ocho días. Estuve dos semanas haciendo el tratamiento que me mandaron y los síntomas remitieron, pero yo seguía sin encontrarme bien.
En marzo estaba peor, así que decidí llamar a mi médica de cabecera de nuevo y la informé de que había adelgazado mucho, que seguía sin encontrarme bien, que me estaba quedando sin voz y que presentaba episodios de fatiga severa. Me hicieron otra PCR que volvió a salir negativa; así que decidió visitarme de manera presencial al día siguiente. Entonces, se percató de que mi saturación pulmonar estaba al 70% y de que mis pulmones no estaban funcionando nada bien.
Mi médica me derivó al hospital y allí me hicieron placas y un escáner. Una vez hechas estas pruebas, me informaron de que me habían encontrado una masa en la tráquea y de que tenía, también, una mancha en la parte alta de los pulmones. Entonces tuve que quedarme ingresada. Al día siguiente, me hicieron una biopsia en el pulmón y después de dos días me dieron los resultados. Me confirmaron que padezco un carcinoma microcíclico T4. También me informaron que curarse del mismo es complicado. En este momento me quedé paralizada y el mundo para mí se desmoronó. Fue una noticia devastadora.
Después de unos días, me fui a casa con el objetivo de ganar peso y así poder empezar lo antes posible con los tratamientos de quimioterapia y de radioterapia. En total me dieron cuatro ciclos de quimioterapia y 30 sesiones de radioterapia. Fue un tratamiento muy duro. Una semana después de terminar, me hicieron un escáner y constataron que el tumor se había reducido a la mitad y que se había quedado dormido. Como respondí tan bien a los tratamientos, decidieron darme 10 sesiones de radioterapia en la cabeza de manera preventiva, ya que el tumor que tengo suele hacer metástasis en la cabeza. En estos momentos me estoy recuperando poco a poco. No sé el tiempo de vida que me queda, oscila entre 1 año y 5, así que tengo la suerte de saber más o menos mi fecha de caducidad y así, poder vivir cada día rodeada de mis amigos y familiares disfrutando al máximo.
Con mi historia relacionada con el cáncer de ejemplo, quiero dar visibilidad a la importancia de la atención médica presencial en los ambulatorios. Soy consciente de que debido a la pandemia se han tenido que hacer ajustes y de que los sanitarios son las personas que más expuestas están al virus y que hay que protegerlas, pero en mi caso, llamé unas cuantas veces apuntando que me sentía verdaderamente mal y solo me hacían PCR. Tuve que enfadarme para que accedieran a mirarme. La pandemia está siendo muy dura para todos, pero desgraciadamente cada día mueren millones de personas debido a otras afecciones.
Es por esto que me dirijo a los políticos del Eusko Legebiltzarra, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se reajusta la gestión de los ambulatorios garantizando siempre el servicio de visitas presencial?